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Hallazgo

Encuentra una granada de mano cuando vaciaba un piso de Valencia

Un hombre descubre un artefacto explosivo de la Guerra Civil en los cajones de un mueble de la vivienda de sus padres, en Patraix

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El día del sorteo de la lotería de Navidad está marcado por las sorpresas, aunque no todas son de la misma índole. Unas se encarnan en lluvia de millones de euros y otras en un viaje al pasado, como el que vivió un hombre que ayer se encontró una granada de mano en una vivienda familiar situada en el barrio de Patraix, en Valencia, probablemente originaria de la Guerra Civil.

Los hechos ocurrieron alrededor del mediodía, cuando el descubridor del artefacto se encontraba vaciando un piso en el que había vivido su padre y que después pasó a ocupar su hermana, ambos ahora fallecidos. Al parecer, según informaron varios vecinos, el progenitor del mismo había sido militar, hecho que podría explicar la presencia del explosivo.

La granada de mano se encontraba en el último cajón de un mueble situado en el recibidor de la vivienda. Cuando el actual propietario la encontró, no dudó en llamar de inmediato a la Policía Nacional. Dos agentes que estaban patrullando por la zona fueron los primeros en llegar al domicilio, en la calle Tres Forques, concretamente en el número 7.

Una vez allí, alertaron a los agentes del Tedax, los especialistas de la Policía Nacional en la desactivación de explosivos. Los técnicos se hicieron cargo del artefacto y confirmaron que se trataba de una granada de mano posiblemente procedente de la Guerra Civil. El artefacto fue trasladado a las dependencias de los Tedax, en el complejo policial de Zapadores, donde ha quedado depositada.

Una bomba en pleno centro

Esta no es la primera vez que un vecino se encuentra obuses, granadas y otros proyectiles de la Guerra Civil en una casa. Hace ahora un año, un hombre que acababa de comprar una vivienda en pleno centro de Valencia se «tropezó» con una bomba escondida en un armario de la terraza.

Anteriormente el piso había sido propiedad de un hombre fallecido a los 90 años y cuyos hijos pusieron a la venta el piso, ajenos a lo que éste contenía. La sorpresa se la llevaron los nuevos inquilinos, que removiendo muebles antes de hacer una reforma encontraron el explosivo en un armario de la terraza, envuelto en una bolsa, oxidado y junto a unas herramientas también deterioradas. Le acompañaba una garrafa de aceite para coches y otra de gasolina.

El último descubrimiento de estas características en la ciudad de Valencia tuvo lugar hace apenas mes y medio, cuando vecinos del barrio de Benicalap alertaron de la presencia de dos granadas de mortero junto a un contenedor.

Días antes, en ese mismo barrio, apareció otro artefacto, en esta ocasión, en un jardín. Fueron dos técnicos de limpieza de jardines quienes alertaron de su presencia junto a una palmera. Todo parece indicar que sus propietarios quisieron deshacerse de ellas sin dar demasiadas explicaciones.

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