Una mujer y su hermano, ambos propietarios de una empresa de Rafelbunyol, fueron asaltados el pasado jueves por la noche a la salida del trabajo por un grupo de tres encapuchados que se identificaron como guardias civiles mostrando placas falsas. Nada más percatarse las víctimas de que no se trataba de agentes de la Ley, éstos sacaron armas de fuego y los introdujeron por la fuerza en un vehículo tipo ranchera. Tras llevarlos a un lugar apartado situado entre campos de naranjos, los golpearon, maniataron y amenazaron para que les entregaran las llaves de su domicilio y la combinación de la caja fuerte.

Mientras uno de los sospechosos se quedaba custodiando a las dos víctimas de este secuestro exprés, encañonándolos en todo momento con una pistola para que no trataran de huir, sus otros dos cómplices fueron a la finca propiedad de la familia, situada en el centro de Massamagrell, y la desvalijaron por completo, llevándose consigo un cuantioso botín. Según las fuentes consultadas por este periódico, se calcula que los delincuentes se habrían apoderado de cerca de 30.000 euros tras lograr la combinación de la caja fuerte mediante coacciones de muerte.

El coche que supuestamente utilizaron los ladrones para secuestrar a sus víctimas, de la marca Mercedes y color plateado, fue hallado horas después por la Policía Local de Valencia totalmente quemado en un descampado del barrio de Malilla. Agentes de la Guardia Civil se desplazaron hasta el lugar para tomar muestras, aunque los delincuentes borraron todo vestigio rociando el coche con algún tipo de acelerante.

Retenidos más de una hora

Los hechos ocurrieron en torno a las ocho y media de la noche del jueves cuando los dos hermanos, de mediana edad y nacionalidad española, salieron de trabajar de la nave de Rafelbunyol donde tienen su empresa. Antes de que pudieran subirse a sus respectivos vehículos, un coche tipo ranchera se cruzó en medio de la calle y de él bajaron tres personas encapuchadas, quienes se dirigieron a ellos diciendo que eran guardias civiles a la vez que mostraban unas placas de apariencia real.

Aunque las víctimas no se tragaron el engaño y trataron de huir, los falsos agentes la emprendieron a golpes con ellos y los introdujeron por la fuerza en el coche. Acto seguido y tras esposarlos, los llevaron a un paraje próximo donde les siguieron golpeando para apoderarse de las llaves del domicilio de Massamagrell y la combinación de la caja fuerte. Finalmente fueron liberados tras más de una hora retenidos cuando los delincuentes lograron su propósito. Este periódico contactó con las víctimas pero prefirieron no hacer declaraciones sobre lo ocurrido.