La Audiencia de Valencia ha condenado a 14 y 12 años de prisión a los dos guardias civiles de Tavernes Blanques Carlos P. M. y Rafael S. C., respectivamente, acusados de pertenecer a una trama de narcotraficantes a gran escala que fue desmantelada en 2008 en la «Operación Gorrión», con la incautación de 60 kilos de cocaína llegados al puerto de Valencia en un contenedor procedente de Perú. En la misma sentencia, hecha pública ayer y que ha sido dictada por orden del Tribunal Supremo, se le imponen 17 años de cárcel al presunto cabecilla de esa organización, el valenciano Fernando M. S.

Los tres habían sido absueltos inicialmente por la Audiencia de Valencia al considerar nulas las pruebas que sustentaban la condena porque el tribunal entendió que el primer auto judicial que dio lugar a las escuchas telefónicas carecía de fundamentación. A la vista de esa resolución, la Fiscalía recurrió y el pasado mes de noviembre, el Tribunal Supremo ordenó a la Audiencia de Valencia emitir una nueva sentencia teniendo en cuenta todas las grabaciones telefónicas ordenadas por el juez y derivadas de aquél primer auto que, a su juicio, estaba perfectamente motivado. Además, el alto tribunal exigió que se emitiese un nuevo fallo sin repetir el juicio.

La Audiencia valenciana ha acatado ahora ese mandato y ha condenado a ocho de los acusados y ha absuelto a otros nueve, en una sentencia donde se detallan todos los movimientos de la trama y cómo los dos guardias civiles colaboraron facilitando información y cobertura a los narcos a cambio de beneficios que les reportaron un incremento patrimonional de 167.593 euros al cabo Carlos P. M. y de 114.313 euros al guardia Rafael S. C.. Los condenados aún pueden volver a recurrir en casación al Supremo.