El Juzgado de Instrucción número dos de Torrent, que el sábado envió a prisión al vecino de l'Horta detenido por abusar de al menos una veintena de niñas a lo largo de los últimos 18 años, tal como adelantó ese día en exclusiva Levante-EMV, investigará si existió complicidad o, como mínimo encubrimiento, por parte de la madre y de la hermana del detenido. Según las fuentes a las que ha tenido acceso este diario, en muchas de las ocasiones utilizó las viviendas de ambas para consumar presuntamente los abusos y agresiones sexuales a las que sometía a las pequeñas.

El ahora detenido, que ronda los 40 años, abordaba a las pequeñas en el parque de juegos infantiles de una plaza del barrio en el que residían tanto él como de sus víctimas, en un municipio de l'Horta que este periódico omite deliberadamente para preservar por completo la identidad de las menores.

Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, el presunto pederasta se tiraba horas sentado en un banco de ese parque, acechando sin disimulo a las niñas. Tanto es así, que muchos vecinos del barrio sabían que «le gustaban las niñas y que alguno de los padres le ha dado una paliza tras pillarle realizando tocamientos», pero ninguno de ellos denunció. Y eso que los primeros episodios se remontan a cuando el ahora detenido tenía poco mas de 20 años, en 1997.

Se las llevaba a casa

Una vez que convencía a la menor en cuestión, tenia tres escondrijos para consumar los abusos. O bien se la llevaba a uno de los descampados que hay próximos a esa barriada, formada por bloques de viviendas de reciente construcción, o bien la llevaba a su casa -el detenido es soltero y vivía con su madre- o a la de su hermana.

Precisamente por esa razón, el juez y los investigadores de la Policía Nacional mantienen abierto el caso y prosiguen con las declaraciones de menores, padres y vecinos con el fin de aclarar si la hermana y la madre sabían lo que Javier, el presunto pederasta, estaba haciendo con las menores. Las fuentes consultadas consideran extraño que los familiares del arrestado no supieran lo que estaba ocurriendo, ya que acudía a sus domicilios con niñas pequeñas a las que no le unía más relación que la de ser vecinos del barrio. Si se confirman esas sospechas, podrían ser investigadas, al menos, por un presunto delito de encubrimiento.

La detención de Javier y su posterior encarcelamiento han sido posibles gracias a la denuncia presentada por una vecina del barrio después de que su hija, de 12 años, le confesara los tocamientos a que estaba siendo sometida por el supuesto pederasta. Fue la pequeña quien les informó de que no se trataba de un caso aislado y que había muchas más menores en su situación, y que ésta se perdía en el tiempo.

Tras reunir más de 15 testimonios de víctimas y padres, los agentes de policia judicial de una comisaría de l'Horta próxima al municipio donde han sucedido los hechos fueron a casa del sospechoso el pasado jueves y lo detuvieron. Aunque en un primer momento negó los hechos, tras la primera noche en el calabozo confesó y acabo asumiendo que había abusado de entre 15 y 20 menores. Incluso llegó a admitir que el primer caso se remonta a 1997.

De hecho, varias de las víctimas tienen hoy entre 20 y 25 años de edad. Las menores, a las que abordaba cuando tenían entre 10 y 16 años -ha habido incluso algún caso de menos de 10 años- no contaban lo que estaba pasando por miedo y por vergüenza, según han confesado ahora.