El sexagenario acusado de matar de dos disparos de escopeta a su futuro yerno en Requena en diciembre de 2012 ha sido condenado a 14 años de prisión por un delito de asesinato con los atenuantes de miedo insuperable y obcecación. La Audiencia Provincial de Valencia, en base al veredicto del Jurado Popular, considera como probado que Emilio Heras «cometió los hechos por la perturbación que le producía la existencia de un peligro inminente en que se encontraba la vida de su hija y la suya propia por las amenazas de la víctima». Así como por «la ofuscación que le producía el hecho de que Vasile, de nacionalidad rumana, mantuviera una relación sentimental con su hija Mónica».

El Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado una pena de 17 años al contemplar también la agravante de cometer el delito por motivos racistas. No obstante, el jurado finalmente no contempló como hecho probado que la causa del crimen fuera por cuestiones de xenofobia. El propio acusado reconoció en el juicio que «cree que hizo lo que tenía que hacer» y confesó que «si Vasile no hubiera salido con su hija no lo habría matado», pero negó tajantemente que fuera por racismo «ya que tiene otro yerno argelino con el que no tiene ningún problema y ha trabajado con muchos extranjeros».

El crimen se produjo en la pedanía requenense de El Azagador, sobre las 21.30 horas del 5 de diciembre de 2012, cuando el ahora condenado se personó sin previo aviso en el domicilio de Vasile Pohaidac, con el que mantenía una relación de amistad, pero al que no quería de yerno por ningún concepto. Nada más abrirle la puerta, Emilio, de 63 años, disparó dos veces su escopeta de caza a través de la cortina «sin mediar palabra y sin que Vasile pudiera defenderse». Por ello la sentencia lo considera autor de un delito de asesinato al concurrir la circunstancia de alevosía. El Jurado Popular le declaró culpable y que actuó impulsado por «el miedo insuperable, que le alteraba levemente sus facultades, pero no las anulaba».