Cuatro familias valencianas han sufrido en sólo un día -el pasado sábado- otros tantos falsos secuestros virtuales. Y tres de ellos se produjeron en el mismo distrito, el de Trànsits, lo que demuestra que la oleada denunciada por Levante-EMV continúa activa. A una de esas familias los falsos captores llegaron a pedirles 20.000 euros por la liberación de su hijo. Si no atendían a sus demandas amenazaron con «rajarlo». Según explica el padre del joven, que prefiere omitir su nombre por seguridad, hace unos días recibió una llamada al teléfono fijo de su casa.

La víctima de esta nueva modalidad de falsos raptos tiene el servicio de identificador de llamadas y vio que el número aparecía oculto. Aún así descolgó el teléfono. «Escuché una voz quejicosa, de un chico que decía que le habían robado», recuerda el hombre. «Papá, me han atracado. Soy yo, tu hijo», escuchó al otro lado del altavoz del aparato.

En ese momento, según explica la víctima, pensaba que su hijo se había equivocado, que habría tenido un accidente y que no se estaba explicando bien por el nerviosismo de la situación.

Sin embargo, su supuesto hijo le dijo que le habían «robado todo». Y agregó: «Me han dicho que me van a rajar si no haces lo que quieren».

De repente la voz asustada se cortó y el hombre escuchó a otro hombre «con voz de patio de cárcel» que no paraba de insultarle y meterle presión. «Escúchame gilipollas, no me cortes. Tenemos a tu hijo. O nos das 20.000 euros o lo vamos a rajar ahora mismo», le gritó.

En ese momento la víctima empezó a sospechar de que toda esa situación era muy extraña, así que haciendo gala de una gran sangre fría le dijo a su interlocutor que le escuchaba muy mal y que aguardara un momento mientras se ausentaba del teléfono.

Rápidamente cogió el teléfono móvil y llamó a su hijo para saber si se encontraba bien. Y en efecto, su hijo le dijo que estaba de compras, que no había ningún problema. Una vez confirmado que se trataba de un engaño, el hombre colgó a los extorsionadores.

«Pasé unos minutos de mucha angustia», relató a Levante-EMV la víctima, quien reflexiona: «¿Y si en ese momento mi hijo tiene el móvil apagado, sin cobertura o no lo puede coger? Pues entonces, podría haber picado...». Este vecino de Valencia señala que no llegaron a explicarles el procedimiento de pago, pero que les insistían en que si no tenían ese dinero a mano mirasen lo que tenían en las cartillas del banco.

Según explica el testigo, cuando fueron a la comisaría para interponer la denuncia, los agentes les dijeron que «les habían frito a denuncias del mismo tipo durante ese día».