Un hombre de unos 55 años fue encontrado ayer por la tarde muerto y con signos claros de violencia en un piso de Albal donde vivía como «okupa» junto a otras dos personas. Todo indica, y a la espera de la autopsia que se le realizará hoy en el Instituto de Medicina Legal, que la víctima murió de una brutal paliza, aunque inicialmente se barajó que la causa del fallecimiento fueran unas cuchilladas por las heridas sangrantes que presentaba el cadáver. Un hombre de unos 35 años y nacionalidad española permanecía detenido en dependencias de la Guardia Civil por su presunta implicación en el crimen.

Un ajuste de cuentas por un tema de drogas es la posible causa de la "brutal paliza". Así lo ha asegurado a los periodistas el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, tras guardar un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de los atentados terroristas cometidos ayer en Bélgica.

Moragues ha explicado que "todo apunta a que es un tema de ajuste de cuentas en materia de drogas" y ha indicado que el fallecido recibió una "brutal paliza y linchamiento que le provocó la muerte".

El cadáver fue hallado ayer en torno a las 16.30 horas cuando la Guardia Civil y los bomberos acudieron a un domicilio de la avenida Blasco Ibáñez de Albal tras ser alertados por un allegado de la víctima. En la citada vivienda, situada en un tercer piso, pernoctaban un grupo de unas tres personas desde hacía apenas unos días, según apuntaron vecinos de la finca. El inmueble, propiedad de una entidad bancaria, permanecía vacío desde que hace unos tres años sus moradores fueron desahuciados. Sin embargo, en el último mes había sido ocupado hasta en tres ocasiones distintas.

Al parecer, el fallecido, que ayer todavía no había podido ser identificado, era uno de los últimos «okupas» del piso, quienes vivían sin luz ni agua corriente. «Solo venían por las noches y entraban con su propias llaves», apuntó un vecino, quien cree que éstos habían cambiado la cerradura.

Cuando los bomberos derribaron la puerta de entrada de la casa descubrieron que en el interior se encontraba el cuerpo sin vida de un hombre totalmente ensangrentado. «Parecía que estuviera cosido a cuchilladas», apuntó un testigo de los hechos. Rápidamente se alertó al grupo de Homicidios de la Guardia Civil, ante los claros indicios de que el hombre había sido asesinado.

Hasta el lugar, situado en el número 83 de la avenida Blasco Ibáñez de Albal, acudieron varias patrullas de la Benemérita, del cuartel de Alfafar y del laboratorio de Criminalística, así como agentes de la Policía Local, quienes se limitaron a acordonar la zona. Tras tomar muestras en el lugar de los hechos y después de que la médico forense realizara una primera inspección del cadáver, la comisión judicial de Catarroja autorizó el levantamiento pasadas las ocho de la tarde.

Por el momento los investigadores tienen detenido a un hombre de unos 35 años, de origen español, aunque todavía se desconoce el grado de implicación del sospechoso y si se trata realmente del autor material del crimen.

Los vecinos aseguran que en la noche del lunes, entre las 22 y las 24 horas, escucharon fuertes golpes y mucho movimiento en el interior del piso donde fue hallado ayer el fallecido. Por su parte, la vecina de la finca de enfrente asegura que nunca veía luces en la casa y siempre creyó que estaba vacía. «Nunca hemos visto a nadie, siempre tienen las persianas bajadas».