Policías de toda la Unión Europea abordaron esta semana en un encuentro en Alicante políticas de coordinación para prevenir y erradicar el tráfico de cocaína en el Mediterráneo. La búsqueda de medidas preventivas es uno de los objetivos del programa Empact (Plataforma Europea Multidisciplinar contra Amenazas Criminales) que lidera España a través de la Policía Nacional, que tiene una duración de cuatro años y comenzó en 2013.

En el marco de este programa, se llevó a cabo por ejemplo la llamado Operación Archímedes, la mayor coordinada jamás en la Unión Europea contra la delincuencia organizada, que se saldó con 57 detenidos en España por tráfico de cocaína y de la que se incautaron de 594 kilos.

El mercado de la cocaína es el segundo más importante del mundo y el que más beneficios genera. En toda la Unión Europea se intervienen anualmente una media de 200 toneladas de cocaína cada año.

Como explicó a este diario el responsables del programa europeo Empact, Blas García, «no es una opción el pretender lucha contra las redes del narcotráfico sin ningún tipo de cooperación internacional».

García, que es inspector jefe de la Dirección General de la Policía, explicó que actualmente los narcos combinan los métodos tradicionales para tratar de introducir la droga desde América al continente Europeo con los más innovadores.

Entre ellos está la utilización de submarinos semisumergibles que llevan la cocaína por el mar y que están fabricados de manera artesanal en selvas sudamericanas.

Importar a lo grande

Al respecto de estas naves, cabe recordar el conocido caso del empresario de Sagunt, Rafael N. C., que fue apresado en 2009 y fue condenado en 2014 a 18 años de prisión. Las intervenciones telefónicas de la policía destaparon que al parecer negoció la compra de un narcosubmarino manejado por control remoto que un grupo de Barcelona le habría ofrecido en alquiler. Él prefería tener el suyo propio y según estas grabaciones uno de sus supuestos colaboradores llegó a pagar 3.000 euros por unos planos con los que poder fabricar el batiscafo. Y es que cuando un narco se hace con su propio «juguete» puede manejar grandes partidas sin tener que pagar el alquiler, ni mantener un largo listado de sobornos y colaboraciones para traer droga desde Sudamérica a España.

Buzos y balizas GPS

Otra de las técnicas contra las que lucha la policía europea es la colocación de la carga en el interior de torpedos cilíndricos que van adosados al casco de barcos mercantes que cubren sus rutas sin saber el alijo que ocultan. Una vez en puerto, hay equipos de buceo que se encargan de recuperarlos para introducirlos en el país de destino.

Cabe recordar que al margen de estas dos amenazas citadas por el experto, los narcos también hacen uso de los conocidos como «ganchos perdidos», consistentes en el lanzamiento de la droga en mochilas en alta mar. Estos paquetes llevan incorporada una baliza para que otros colaboradores posteriormente los localicen mediante GPS para recogerlos.