«Mi hermano tiene miedo y nosotros también, porque sabemos que su agresor ha jurado que en cuanto salga de la cárcel, irá a por él de nuevo». Lo explica el hermano de Ernesto Marí, el hombre de 43 años a quien el exmarido de su pareja trató de matar el lunes primero a martillazos y luego intentando atropellarlo, tras abordarlo en una calle de Cullera.

«Se siente muy impotente», explica el familiar del herido, «porque mi hermano ya había acudido a la Justicia para denunciar las amenazas que vertió contra él el padre de su agresor, y esa Justicia luego lo absolvió», defiende el hermano de Ernesto, quien permanece en estado grave en el Hospital de La Ribera, adonde fue evacuado en ambulancia poco después de la brutal agresión.

De hecho, los médicos temen que pueda sufrir secuelas de por vida, como perder audición en su oído izquierdo, fuertemente afectado por uno de los golpes que el supuesto agresor le infligió con un martillo. Además, los facultativos están esperando a ver cómo evoluciona para tomar la decisión de someterle o no a cirugía de reconstrucción maxilofacial para corregir las lesiones que le han desfigurado el rostro.

Doble intento de asesinato

De momento, la víctima ni siquiera puede hablar. Ha intercambiado algunas frases con su madre y con su hermano, pero con muchas dificultades. «Está muy dolorido y han tenido que sedarlo», explica el hermano, que ejerce de improvisado portavoz. «Está realmente atemorizado y se siente muy mal, porque no fue una vez, sino dos las que lo intentó matar. Gracias a que pasó un primo nuestro por allí de casualidad y pudo ayudarle porque si no... Le quiero agradecer públicamente a mi primo, Jaime Ibor, su intervención».

Los familiares de Ernesto relatan cómo el presunto agresor, Sergio Vicente G. B., atacó a Ernesto aprovechando que estaba solo. Fue en la entrada de un garaje de la calle Jaume Roig de Cullera, poco después de las cinco y media de la tarde del lunes.

La providencial llegada de Jaime Ibor cuando la víctima ya había recibido los primeros golpes de martillo, hizo que pudiera sujetar al agresor, lo que dio tiempo a la víctima a salir corriendo para pedir ayuda a sus trabajadores, que estaban muy cerca. También intervino en ese instante un amigo del presunto agresor, el candidato por Gent de Cullera en las pasadas municipales Eduardo Serenelli, quien arrebató el martillo a Sergio, según él, para evitar que lo rematara.

Cuando se vio rodeado y desarmado, el presunto agresor se metió en su coche y salió en persecución de Ernesto, que a duras penas y tambaleándose recorrió unas decenas de metros antes de caer al suelo.

Entonces, el supuesto agresor lanzó su coche contra Ernesto y sus dos trabajadores, uno de los cuales llegó a sufrir lesiones leves en esta acción, al parecer.

Luego, huyó del lugar y se entregó en el cuartel de la Guardia Civil de Cullera.

Arrestado por encubrimiento

A la detención de Sergio se suma la de su amigo Serenelli, quien anoche permanecía en los calabozos del cuartel de Cullera acusado de encubrimiento. Agentes del instituto armado lo arrestaron tras negarse a revelar dónde estaba el arma empleada en el intento de homicidio. El acusado, según fuentes jurídicas, mantiene que no recuerda dónde lo tiró.