La mujer de nacionalidad china acusada de matar a cuchilladas a su madre, de 62 años, y a su sobrina, de solo diez, a finales de agosto en la calle Tomás de Villarroya de Valencia, se enfrenta a una medida de internamiento permanente revisable en un centro psiquiátrico después de que el Ministerio Fiscal haya apreciado la eximente completa por alteración psíquica. Shufang Z., de 33 años, padece de un trastorno mental grave que le hace tener ideas de carácter homicida, según reconoce la fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales. De hecho, tras su detención la presunta asesina alegó que había escuchado «voces en la tele que le pedían matar a sus familiares», como ya adelantó en su día Levante-EMV.

El doble crimen se produjo en la mañana del pasado 28 de agosto de 2015 en el domicilio familiar, donde la acusada residía junto con sus padres y su hija de apenas tres años. La desgracia quiso que ese mes se encontrara también con ellos pasando las vacaciones una sobrina, de diez años, quien también acabaría muerta.

Entre las 8.30 y las 11.15 horas Shufang cogió un cuchillo de grandes dimensiones y atacó a su madre, que se encontraba en su dormitorio. La víctima trató de defenderse como demuestran las 23 lesiones que presentaba en brazos y manos, pero su agresora le asestó hasta 28 cuchilladas en la zona del tórax y el abdomen, algunas de ellas mortales de necesidad. Después, la asesina entró en la habitación donde estaba su sobrina y la mató clavándole 21 cuchilladas con esta misma arma.

Es aquí cuando entra en juego la duda razonable de si era consciente o no de sus actos. Según recoge el fiscal en su escrito, «la acusada se lavó y cambió de ropa, y se deshizo de las prendas manchadas de sangre en un contenedor próximo al domicilio». Después cogió a su hija y, tras deambular por distintos lugares, tomó un taxi y se marchó a Castelló al domicilio de unos parientes. La acusada fue detenida esa misma tarde por la Policía Nacional horas después de que su padre regresara a casa y se encontrara los cadáveres.

Internamiento permanente revisable

Los hechos son constitutivos de un delito de asesinato contra víctima menor de 16 años y otro de homicidio, con los agravantes de abuso de superioridad y parentesco. No obstante, el fiscal ha apreciado la circunstancia eximente completa de alteración psíquica, ya que la acusada padece una discapacidad del 65 por ciento por trastorno mental. Así en el momento de los hechos tenía anulada su capacidad de conocimiento. Por todo ello solicita el internamiento permanente revisable en un centro psiquiátrico, aunque éste no excederá los 25 años.