Un bolígrafo que sirve para escribir y para espiar, tal vez la mejor manera de grabar sin ser detectado tanto en oficinas, institutos o salas de reuniones. Habría sido lógico haberlo hallado en uno de los lugares citados anteriormente, sin embargo, fue encontrado en el baño de una casa de acogida para erasmus.

Este objeto cuenta con una cámara que permite hacer vídeos, fotos, grabar audio e incluso usarlo para video llamadas y para poder almacenar todos los archivos tiene USB. Objetos así suelen utilizarse por profesionales del espionaje, sin embargo, esta fue la prueba aportada a la Policía Nacional por parte de dos estudiantes italianas que estaban de Erasmus en Valencia para denunciar a un tercer compañero con el que compartían piso puesto con este instrumento habría intentado grabarlas.

El bolígrafo inicia su grabación a través del detector de movimiento, es decir, una vez la cámara percibe algún tipo de actividad comienza la grabación y realiza un registro hasta que el movimiento se detiene.

Esta fue la herramienta de la que se sirvió un joven, de 18 años y de origen senegalés, para conseguir imágenes íntimas de sus dos compañeras erasmus con las que habitaba.

Este objeto puede adquirirse a través de distintas establecimientos y páginas webs especializadas en espionaje y puede llegar a alcanzar los 200 euros.

Al parecer, una de las dos jóvenes, menores de edad y de origen italiano, se encontraba en el baño y se percató de que la apariencia de éste no era la habitual. Así, se dio cuenta de la existencia de un objeto con una luz azul intermitente justo encima del bidé: se trataba de un simple bolígrafo. Pero la joven examinó el elemento y localizó la cámara en una de las partes de éste. Al parecer, estaba perfectamente orientado hacía la ducha para así poder conseguir las imágenes en el momento en el que alguien entrase en ella.

La joven italiana se dirigió a su ordenador donde conectó el USB del bolígrafo y descubrió unas imágenes en las que aparecía el joven con el que también compartía piso colocando la cámara en distintas zonas del aseo hasta que dio con la que más le convencía.

Tras comentar lo sucedido con su compañera Erasmus, ambas acudieron a la dueña de la casa a la que le mostraron el objeto y le explicaron los hechos. La propietaria de la casa decidió hablar con el otro joven quien pronto confesó que el bolígrafo era suyo.

Las dos menores italianas preocupadas por si el joven tenía en su poder más material gráfico acudieron a la comisaria de Policía Nacional más cercana para denunciar los hechos junto con la responsable del programa Erasmus + del centro en el que estudiaban. El sospechoso fue detenido finalmente el pasado lunes por un delito contra la intimidad.

El sospechoso, al que no le costaban antecedentes policiales fue puesto en libertad.