La decisión de acudir a comprar el pan fue la última que tomó ayer una vecina de Nules de 74 años, que fue víctima de la mala fortuna al cruzarse en su camino un coche negro de marca Opel conducido por un joven que duplicaba la tasa de alcoholemia y que acabó con su vida cuando cruzaba la carretera de La Vilavella por un paso de peatones.

Los vecinos de la zona se despertaban en el segundo día de sus fiestas patronales con la peor noticia posible. Sobre las ocho de la mañana oían un fuerte impacto y al salir a la calle o asomarse a la ventana de sus casas se encontraron con el triste desenlace. La mujer yacía en el suelo a un lado del vial, mientras que el coche se detenía pocos metros más adelante con varios impactos en su carrocería, según relatan testigos presenciales, dado que tras la envestida la mujer habría golpeado sobre la luna delantera y el capó, para acabar en el suelo sin posibilidades de superar el accidente. De hecho, el equipo sanitario que se desplazó hasta el lugar de los hechos solo pudo certificar su muerte.

La Policía Local fue la primera en responder a la llamada de emergencias. Según se confirmó desde el ayuntamiento, allí se encontraron con el conductor, que habría permanecido junto a la víctima hasta que fue puesto a disposición judicial en el juzgado de guardia tras constatarse hasta en dos ocasiones que duplicaba la tasa de alcoholemia. También acudieron al punto exacto del siniestro dos representantes del equipo de gobierno, el primer teniente de alcalde, Adrián Sorribes y el edil de Participación Ciudadana, Pedro Rubio. El primero confirmó que el conductor era un joven de Castellón de poco más de 20 años que volvía a su casa de verano en la playa de Nules «después de haber pasado varios días en el Rototom».

Alcohol y cansancio

Todo apunta a que no solo había consumido bebidas alcohólicas antes de conducir, sino que no habría descansado lo suficiente como para realizar el desplazamiento y además conducía demasiado rápido, condicionantes peligrosos todos ellos por sí solos, pero que ayer por la mañana se sumaron para provocar la muerte de una mujer de Nules, natural de la localidad albaceteña de Yeste, y madre de un hijo.

El primer teniente alcalde, Adrián Sorribes comentó los hechos ocurrido y explicó que, al parecer, el conductor «simplemente no la vio», a pesar de que se trata de una recta con mucha visibilidad y poco tráfico a esas horas de la mañana, pero atravesada por numerosos pasos de peatones que los vecinos no consideran unos aliados para su seguridad, sino un riesgo diario porque «es raro que los respeten». Así lo relató una vecina de la zona, que lamentó que «ha sido ella como podíamos haber sido cualquier otro».

Las características de la avenida, que conecta Nules con la Vilavella y con la autovía de la Plana, son propicias para el exceso de velocidad en circunstancias normales, de hecho, se han producido varios atropellos. Es por ello que, una de las principales reivindicaciones de los vecinos es la instalación de badenes que persuadan a los conductores de pisar el acelerador. Cuando se realizó la primera reforma del vial se decidió instalar un sistema de retención duro, atornillado al suelo, pero las piezas se soltaban y hacía mucho ruido y el ayuntamiento decidió retirarlos, desde entonces no se han utilizado alternativas para el control de la velocidad.