En la pintura del Antiguo Egipto ya se realizaban decoraciones pictóricas en tumbas con una eminente simbología funeraria y religiosa. Las decoraciones narraban, por medio de jeroglíficos, leyendas mitológicas y contenían el retrato del difunto en la zona correspondiente de la cabeza.

A lo largo del tiempo, estas costumbres han ido evolucionando hasta convertirse en las tumbas y los panteones de los cementerios de hoy en día.

Sin embargo, existen personas que pueden rechazar la idea de colocar a sus familiares en un camposanto, ya sea por motivos personales o económicos, por lo que generalmente deciden acudir cerca del mar para arrojar los restos de sus seres queridos una vez incinerados. Ésta sería la principal hipótesis que explicaría la posible realización de algún tipo de ritual previo en las escarpadas rocas del Penyal d´Ifac, en las que es habitual encontrar pintadas funerarias con pequeños dibujos y el nombre de la persona fallecida. Existen familias que llevan años acudiendo a este punto de la Comunitat Valenciana para darle el último adiós a sus seres queridos.