Miguel Álvarez Garneria, un arquitecto de 49 años, encontró la muerte el pasado martes por la noche cuando practicaba «running» por la carretera CV-401, que une Alfafar y El Saler. El hombre había salido a correr por las proximidades de su domicilio, un bloque de apartamentos próximo a la playa, pero se le hizo de noche antes de regresar. Un vehículo en el que viajaba un matrimonio y sus dos hijas menores lo arrolló de forma accidental cuando el «runner» volvía a casa por esta carretera sin arcén y con nula iluminación. El golpe resultó mortal y aunque los servicios médicos lograron trasladar al peatón todavía con vida al Hospital La Fe, una vez allí se certificó su fallecimiento.

El conductor del coche, que dio negativo en alcohol y drogas, tuvo que ser atendido tras sufrir una crisis de ansiedad. El hombre, de 43 años, aseguraba que no había visto al corredor y no pudo evitar el atropello. Según las fuentes consultadas, el fallecido no portaba ningún elemento reflectante, lo que unido a la falta de arcén en la carretera y a la escasa iluminación de la misma convirtió su «carrera» en una trampa mortal.

«Era muy entregado en todo lo que hacía, trabajador, inteligente y una excelente persona», así describen conocidos del fallecido a Miguel Álvarez, quien además de ejercer la profesión de arquitecto y participar en varios proyectos de envergadura daba clases como profesor asociado en la Universitat Politécnica de Valencia. Su afición al «running» le había llegado en este último año y cuando sufrió el trágico accidente se estaba entrenando para preparar su próxima carrera, explicaron fuentes cercanas al arquitecto.

El martes por la noche, en torno a las 21.20 horas, cuando ya iba de regreso a casa por la CV-401, un vehículo, modelo Skoda Octavia, lo arrolló a la altura del punto kilométrico 4.800. Una ambulancia del SAMU lo atendió en el lugar y lo trasladó de urgencia al Hospital La Fe, pero finalmente Miguel Álvarez falleció en el centro hospitalario. Asimismo, el conductor del coche, un hombre de 43 años y nacionalidad española, quien viajaba acompañado de su mujer y dos niñas de cuatro y siete años, tuvo que ser trasladado al Hospital Doctor Peset con una fuerte crisis de ansiedad. El grupo de Atestados de la Guardia Civil investiga las circunstancias en las que se produjo el atropello. El conductor dio negativo tanto en la prueba de alcoholemia como en drogas.

El arquitecto fallecido era separado y padre de dos hijos. Sus allegados destacan su carácter discreto y a la vez decidido en todo lo que se proponía. «Era una persona muy culta, le gustaba la ópera y no veía la televisión», recuerdan. Hace años estuvo en el extranjero trabajando en un proyecto de desarrollo en un país africano.