El 29 de junio de 2015 varias personas que se encontraban tranquilamente disfrutando de una plácida tarde de verano en la terraza de una cafetería de la avenida Burjassot de Valencia fueron arrolladas por una moto sin control que invadió la acera llevándose por delante cuanto encontró a su paso. Como consecuencia del accidente una mujer de 71 años perdió la vida y otras 16 personas resultaron heridas de distinta consideración. El motorista que ocasionó el siniestro, y que circulaba a una velocidad que superaba en más de 40 kilómetros por hora la permitida, se enfrenta ahora a una pena de cuatro años de prisión por el delito de conducción temeraria en concurso con el de homicidio por imprudencia grave y nueve delitos de lesiones menos graves.

El Ministerio Fiscal solicita también que se le prive del permiso de conducir vehículos a motor y ciclomotores por un plazo de seis años y que el acusado indemnice a los familiares de la fallecida y a los heridos en concepto de responsabilidad civil, a través de su aseguradora.

Según el informe del Grupo de Atestados de la Policía Local de Valencia, recogido en el escrito de calificación del fiscal, el motorista «circulaba a una velocidad excesiva e inadecuada», cuantificada pericialmente entre 78,433 y 107,762 kilómetros por hora. «Siendo más próxima a esta última cifra, y en todo caso muy superior a la permitida, fijada en 30 km/h», aclara el escrito de la Fiscalía.

Asimismo, también se remarca la falta de experiencia del conductor, quien llevaba apenas un par de meses conduciendo moto. «Pese a tener el permiso para conducir este tipo de vehículos desde julio de 2007, no había tenido ninguna motocicleta con anterioridad a abril de 2015». Esta falta de pericia pudo influir en el fatal desenlace del accidente.

«Falta de experiencia»

El siniestro se produjo a las 20.20 horas del 29 de junio de 2015 en la avenida Burjassot, en el barrio de Benicalap de Valencia. El motorista se encontró en la citada vía con un autobús que ocupaba el lado derecho de la calzada y un turismo estacionado en doble fila, y con la puerta del copiloto abierta, en el carril izquierdo a la misma altura. El acusado pasó «a gran velocidad por el pequeño hueco que quedaba entre ambos vehículos poniendo en grave riesgo la integridad de los usuarios de la vía».

Así, ante la incorporación de un vehículo blanco que se interponía en su trayectoria, «debido a su falta de experiencia, el joven no acertó con la maniobra evasiva adecuada y frenó bruscamente con el freno trasero de la motocicleta, bloqueando dicha rueda». El conductor cayó y la moto salió despedida deslizándose a gran velocidad, arrollando un bolardo e invadiendo la terraza donde se encontraban los heridos y María del Carmen Ballesteros, de 71 años, quien murió en el acto.