Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil han detenido en Madrid y Cataluña a 15 personas en una operación que ha permitido desmantelar una organización criminal, de las más activas en España, que obtuvo unos 440.000 euros robando cajas fuertes de 26 empresas -algunas de ellas en Valencia-, que abrían a golpe de mazo o de hacha.

La red, que se da por desarticulada, está considerada una de las más activas en España en el robo de cajas fuertes, ya que, por el momento, se le atribuyen al menos 26 asaltos en naves industriales, mayoritariamente de los sectores de la alimentación y de la automoción, en Cataluña, Andalucía, Madrid y Valencia.

Los detenidos son de nacionalidades serbia, kosovar, albanesa, brasileña y española, y nueve de ellos han ingresado en prisión por orden del juzgado de instrucción número 4 de Gavà (Barcelona), aunque se han emitido siete órdenes de búsqueda y detención para otros tantos presuntos integrantes de la banda.

En declaraciones a los periodistas, el subinspector de los Mossos d'Esquadra Joan Vives ha explicado que la red, integrada por delincuentes multirreincidentes, se dividía en tres ramas, perfectamente estructuradas y con una clara división de funciones.

De esta forma, se ha detenido a los tres líderes, denominados «comandantes» -que ya han ingresado en prisión-, que eran los que se encargaban de fijar los objetivos.

La otra rama era la operativa, integrada por los «soldados», que son los que abrían las naves industriales -normalmente en polígonos apartados y por la tarde-, mediante el método del butrón, ya que hacían un agujero en la pared o en el techo para llegar a la caja fuerte, que abrían a golpe de mazo o de hacha para llevarse el botín.

110.000 euros en un solo golpe

En uno de los asaltos, los miembros de la red obtuvieron en una caja fuerte un total de 110.000 euros. En otros casos, también se hicieron con joyas.

La tercera rama de la organización era la logística: alquilaban vehículos, a nombre de testaferros, para que pudieran acudir a los establecimientos y también les entregaban inhibidores para que pudieran entrar a las naves sin que saltaran las alarmas. Además, blanqueaban el dinero obtenido.

La investigación se inició el pasado mes de julio a raíz del robo en una empresa de Gavà.

Los miembros de la banda utilizaban vehículos de gran cilindrada para cometer los robos, anulaban las alarmas con inhibidores de frecuencia y accedían al interior de las empresas mediante el procedimiento del butrón. Una vez junto a la caja fuerte, lograban abrirla a golpes, con hachas y mazos y, en ocasiones puntuales, no dudaban en agredir a los vigilantes de seguridad que pudieran descubrirles.

Tras los robos, la banda, que había llegado a cometer hasta tres robos una misma noche, llevaba los coches utilizados a un taller de Madrid, donde los repintaban, les cambiaban la matrícula y los preparaban para el siguiente golpe.