La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a nueve años de prisión al sexagenario acusado de violar a su hija cuando era menor de edad después de que en el juicio, del que informó en exclusiva Levante-EMV, sus dos hermanas mayores reconocieran ante la sala que ellas también habían sufrido abusos sexuales siendo unas adolescentes. «Que las tres hermanas en edades similares sufrieran el acoso del padre con fines sexuales afianza la credibilidad de lo referido por la víctima», argumenta la sentencia, la cual basa su fallo en el testimonio incriminatorio de la joven «que se revela subjetivamente creíble, persistente y verosímil», como así acreditaron las expertas en psicología.

La hija menor del ahora condenado relató en el juicio cómo su padre comenzó a abusar de ella cuando tan solo tenía doce años. Así, explicó que la primera penetración se produjo a los pocos días de tener su primera menstruación. Estos hechos se prolongaron en el tiempo durante los fines de semana y vacaciones que pasaba con el acusado en su domicilio de Valencia y sin estar nunca presente su madre. «Había días en que sucedía hasta tres veces», recoge la sentencia en boca de la propia víctima.

La Audiencia considera probado que el acusado, de 66 años, «en fechas no concretas entre los años 2009 a 2013, mantuvo en múltiples ocasiones relaciones sexuales con su hija, nacida en 1996», „y por lo tanto menor de edad en el momento de los hechos„. Asimismo, los magistrados afirman en su resolución que el ahora condenado «se aprovechó de su condición de padre, de la edad de su víctima, de su falta de madurez y conocimiento en materia sexual», y de las muchas ocasiones en las que estaban solos en su casa de Valencia.

Los hechos no fueron denunciados hasta mayo de 2015, cuando las tres hermanas por parte de padre se reencontraron y la menor les confesó los abusos. Tras descubrir que estaba pasando por una situación similar a la que padecieron ellas, lo pusieron en conocimiento de la psicóloga del centro educativo. La acusación particular, ejercida por el letrado Jaime Valero, remarca que la sentencia argumenta los motivos de no haber denunciado antes. «Apenas tenía relación con sus hermanas mayores, no encontraba apoyo alguno en su madre y tenía problemas de socialización en el entorno escolar».