En junio de 2012 Andrés Palomino, un falso médico peruano de 68 años, fue encontrado muerto, por asfixia mecánica, en su domicilio de la calle Venezuela de Valencia. Aunque el medio empleado por el autor de su muerte fue una toalla, y en el caso del asesinato de Monteolivete la víctima murió asfixiada con una bolsa de plástico tras recibir una brutal paliza, ambos crímenes guardan numerosas similitudes.

Las víctimas, ambos sexagenarios, se anunciaban como médicos, habían tenido problemas con la Justicia y la investigación de sus muertes estuvo marcada desde un primer momento por un aspecto sexual. De hecho, en el caso de Palomino su asesino confesó en el juicio que lo mató después de que éste tratara de abusar de él. Y aunque todavía es pronto para determinar el móvil del asesinato de Vicente Soler, la escena del crimen, con la víctima desnuda y con una bolsa en la cabeza, también hace que una de las hipótesis que se manejen es que el fallecido abriera la puerta a su asesino tras quedar con él para mantener un encuentro sexual.

El autor del crimen de Andrés Palomino fue absuelto por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana al considerar la eximente de miedo insuperable. No obstante, el Tribunal Supremo anuló esta sentencia y ratificó la pena de cuatro años de cárcel impuesta inicialmente por la Audiencia Provincial. Su víctima había sido investigada en Francia por la violación y asesinato de una joven, aunque nunca se pudo esclarecer su participación.