«¡A ver si así abortas!», le gritaba a su víctima mientras le propinaba puñetazos y patadas en el vientre tras llevarla mediante engaños a un descampado de Nàquera. El acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa y robo con violencia „ya que se llevó el teléfono móvil de la agredida„ se enfrenta ahora a una petición de pena de once años de prisión por esta brutal paliza que le causó a su exnovia, que se encontraba en el quinto mes de gestación.

El presunto agresor, de 32 años, fue juzgado ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia. Aunque fue él mismo quien se entregó voluntariamente ante la Policía Nacional en una comisaría de Elx, creyendo que había matado a su expareja, ayer durante su declaración matizó lo ocurrido y negó tener intención de acabar con su vida así como muchas de las agresiones descritas por su víctima.

Los hechos ocurrieron la noche del 9 de octubre de 2014 cuando el acusado acudió al domicilio de su excompañera sentimental, con la que había mantenido una relación de apenas unos meses ese mismo año. Fruto de la misma la mujer se había quedado embarazada, pero cuando se lo comunicó a su pareja éste le instó a que abortara. Ante la negativa de la víctima a deshacerse del bebé que esperaba, el ahora acusado trató de matarla, según la versión del Ministerio Fiscal.

Así, le hizo creer que simplemente quería hablar y que al día siguiente la acompañaría a la ecografía. Una vez en su coche la llevó a un descampado de Nàquera, momento en el que comenzaron a discutir, insistiéndole en que abortara. Asimismo, le quitó el teléfono móvil para que no pudiera pedir ayuda y tras ponerse unos guantes negros comenzó a golpearla, según el relato de la agredida.

«Con ánimo de atentar contra la vida de la perjudicada, así como de provocar que ésta abortara, le propinó puñetazos y golpes por todo el cuerpo y patadas en el vientre», relata el fiscal en su escrito. Además de los insistentes golpes en la cabeza y la barriga, la tiró al suelo y la cogió por la espalda, rodeándole el cuello con el brazo e impidiéndole que respirara hasta que ésta perdió el conocimiento. El acusado, de nacionalidad española, huyó del lugar dejando a su víctima abandonada y creyendo que estaba ya muerta.