Un puñetazo en la boca, marcas de agarre en los antebrazos, huellas de la víctima dentro del piso, rastros de sangre en el tramo de la barandilla por el que se precipitó Gloria Amparo Vásquez, antecedentes por violencia machista, una orden de alejamiento de otra mujer en vigor y un cúmulo de mentiras y contradicciones. Son parte de la base que llevaron al grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia a detener, en la noche del martes, a José Luis G. G. por el homicidio de su pareja, Gloria, que murió por los numerosos golpes que sufrió al precipitarse por el estrecho hueco de la escalera de la finca ubicada en el número 9 de la calle Tres Cruces de València.

El acusado, que ayer fue llevado de nuevo a su domicilio, esposado y escoltado, para estar presente en el registro de la vivienda que se prolongó por espacio de más de dos horas, sigue negando los hechos. Sólo admite «una fuerte discusión», pero las declaraciones recogidas por los investigadores, las evidencias aisladas por la Policía Cientifica y la autopsia le señalan de manera inequívoca.

De hecho, la hipótesis es que José Luis estuvo con Gloria en su casa, que discutieron y que la echó con violencia ­-las lesiones de los antebrazos de la víctima atestiguan que se ejerció esa fuerza sobre ella-. Ya en el rellano, la víctima debió intentar escapar escaleras arriba ­-José Luis vive en el tercero y ella cayó por el hueco dos escalones más arriba del descansillo que hay entre la tercera y la cuarta planta, en el tramo que da a ésta última-, pero él la alcanzó y, según los vestigios recogidos, la empujó presuntamente hasta hacerla caer al vacío. Eran poco más de las cinco de la tarde.

Pese a la violencia de ese episodio, ningún vecino vio ni escuchó nada. Ni golpes, ni gritos. El vecindario de la finca está compuesto casi exclusivamente por personas mayores. Sólo un residente en el primer piso, J. C., escuchó el sordo golpe del cuerpo al caer contra el suelo. Salió, vio a la mujer inmóvil sobre un charco de sangre y llamó a la policía.

Tal como adelantó ayer Levante-EMV, el detenido mintió a los agentes desde el primer momento. Primero, afirmó que no conocía a Gloria, pero varios vecinos y allegados a José Luis revelaron que tenía una relación con la mujer desde hacía muchos meses. Únicamente entonces, al verse acorralado por las evidencias, admitió que eran «solo pareja sexual», pero negó que hubiera estado en su casa -el registro de ayer sirvió, al parecer, para desmontar esa versión-. Incluso trató de utilizar como coartada a un amigo suyo, alegando que estaba con él en el piso cuando Gloria cayó, según él voluntariamente, por la escalera. Pero la policía comprobó que tampoco eso era cierto.

Tras las más de dos horas de registro en su domicilio, durante las cuales estuvo acompañado por su letrada de oficio, mantuvo su inocencia y se enrocó en que sólo discutieron. El acusado, con al menos dos detenciones anteriores por agresiones y amenazas graves a dos mujeres distintas, volvió al calabozo, donde permanecerá hasta que sea llevado ante el juez, algo que sucederá probablemente mañana.