El dispositivo electrónico de control que como maltratador llevaba José Luis S. G., el presunto asesino de Dolores Correa Pérez en un ático de Gandia, permitió a la Guardia Civil de Sueca localizarlo en su piso de Móstoles y detenerlo sólo cuatro horas después de que la Policía Nacional encontrase el cadáver de su víctima en la capital de la Safor. De hecho, los agentes del equipo de Policía Judicial de Sueca que investigaban la desaparición de Dolores lo detuvieron por quebrantar las dos órdenes de alejamiento que tenía respecto de su víctima, pero no por el homicidio, del que supieron poco después de la detención.

El cuerpo de Dolores, guardia civil retirada, fue encontrado sobre las seis y media de la tarde del martes por el dueño del ático, cuando acudió a la vivienda para revisarla. Se topó con el cuerpo de la víctima en la bañera -tenía la cara tapada con un plástico y el cuerpo cubierto con una toalla.- y alertó a la Policía Nacional.

Agentes de Homicidios de la policía la identificaron y averiguaron que figuraba en el registro de víctimas de violencia de género. Sin embargo, no llevaba con ella el dispositivo que permite controlar si el maltratador rompe la orden de alejamiento, razón por la que no se supo que estaban juntos. También averiguaron que había denunciado en dos ocasiones, una en 2015 y la otra en 2016, a su expareja, José Luis S. G. y que ese mismo hombre era quien había pactado el alquiler del ático de Gandia con su dueño, tres semanas antes del crimen. El círculo se cerraba.

Cuando la Policía Nacional alertaba de que el principal sospechoso del homicidio era José Luis S. G. e interesaba su localización, la Guardia Civil estaba deteniendo al sospechoso por el quebrantamiento. Eran las diez de la noche y en ese momento los agentes del instituto armado desplazados a Madrid se acababan de enterar de que Dolores había aparecido muerta cuatro horas antes.

El arrestado, que inicialmente negó los hechos y trató de hacer creer a los guardias que se había limitado a mantener relaciones sexuales consentidas con su exnovia y que ésta había muerto en el baño tras sentirse indispuesta, fue trasladado el miércoles por la noche a los calabozos del cuartel de Sueca.

Ahí ha permanecido salvo para ser conducido al ático a primera hora de la tarde de ayer, para efectuar el correspondiente registro en presencia del detenido y de su letrado, y para tomarle declaración después en dependencias policiales, momento en que el grupo de Homicidios de la Policía Nacional le imputó el asesinato de Dolores -la autopsia certificó que murió asfixiada y que recibió numerosos golpes-, acusación que se suma a las dos por quebrantamiento de medida cautelar -las órdenes de alejamiento- de la Guardia Civil, basadas, entre otros hechos, en el registro de ubicaciones de la pulsera que llevaba el maltratador, y que ha permitido saber que estuvo en Gandia entre el viernes y el sábado, exactamente cuando se produjo el crimen.