Dos hermanas de apenas siete y nueve años fueron víctimas de abusos sexuales continuados y varias agresiones sexuales por parte del compañero sentimental de su madre entre 2012 y 2013 en un municipio de l'Horta cuyo nombre omitimos para preservar el anonimato de las menores.

El presunto autor de estos graves hechos, algunos de ellos tan brutales y asquerosos que este periódico prefiere obviar los detalles, se sentó ayer ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de València para responder por cuatro delitos de índole sexual por los que el Ministerio Fiscal solicita una pena de 40 años de cárcel.

El acusado negó en el juicio todas las acusaciones y atribuyó el relato de los abusos a que las menores están condicionadas por la madre. No obstante, las psicólogas que entrevistaron a las pequeñas ratificaron la credibilidad de los hechos narrados por éstas pese a su corta edad.

Las niñas, que declararán en un sala especial a través de la llamada cámara de Gesell, para que el tribunal pueda observar su comportamiento sin la presencia de alteraciones, aseguraron durante la instrucción que no contaron antes lo que estaba pasando porque el novio de su madre las había amenazado con matarla si decían algo o se negaban a sus deseos sexuales. Además, sabían que éste tenía una pistola porque se la había mostrado en alguna ocasión.

El propio acusado reconoció poseer dicha arma de fuego, pero negó que hubiera amenazado con usarla. «Soy experto en artes marciales y no necesitaría un arma para hacerle daño a alguien», alegó como si esta manifestación le beneficiara.

De igual modo, respecto a la actitud que tenían hacia él las menores admitió que eran «unas niñas muy cariñosas que me besaban en la boca». «No me extrañaba que me tocaran el culo, fui estríper y estoy acostumbrado», apuntó el acusado, quien también montó con la madre de las niñas un negocio de masajes eróticos.

Entre los delitos por los que se le acusa también está la exhibición de material pornográfico a menores de edad. El presunto pederasta también negó este aspecto y alegó que las niñas hablaban de sexo con él porque lo veían en series de la tele, y la mayor en películas en casa de su abuelo.