El hombre de 47 años acusado de acabar con la vida de su expareja apuñalándola hasta en 85 ocasiones en un domicilio de la calle Asturias de València, en 2015, ha declarado hoy en la primera sesión del juicio que se "ofuscó" cuando la víctima cuestionó la paternidad de dos de sus hijos en común.

El juicio por este crimen se ha iniciado hoy en la Ciudad de la Justicia de València por el procedimiento del jurado.

La Fiscalía solicita una pena de algo más de 19 años de prisión por los delitos de maltrato, amenazas y asesinato con ensañamiento, con el agravante de parentesco y la atenuante de confesión.

Preguntado por estos hechos, el acusado ha negado haber maltratado o amenazado previamente a su expareja, y ha explicado que el día del asesinato mintió a su mujer al relatarle dos supuestas infidelidades por despecho, ya que ésta había abandonado el domicilio conyugal y él había descubierto una supuesta relación con otro hombre.

Según su testimonio, la víctima se enfadó al escuchar que había mantenido relaciones con otras dos mujeres -un relato inventado, según ha explicado- y le persiguió por la vivienda con un cuchillo, y a pesar de que se lo quitó en una ocasión, "volvió a por mí".

"Se lo volví a quitar, ella se cabreó y me dijo que me hiciese la prueba de paternidad respecto de dos hijos, que igual me llevaba una sorpresita. Me ofusqué, empezamos un forcejeo y daba palos de ciego", ha declarado.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el acusado había convivido con su víctima durante 15 años y ambos habían tenido tres hijos nacidos en 2003, 2005 y 2008.

Durante toda la convivencia, según detalla el escrito de acusación del Ministerio Público, la víctima fue objeto de un trato vejatorio y denigrante, con constantes amenazas de muerte que la mujer no denunció porque "sabía de la condena anterior -de su compañero sentimental- por hechos similares con su anterior esposa".

El 11 de febrero el acusado llamó a su expareja hasta en 13 ocasiones, la última en la mañana del día 12 a las 8.44 horas.

Ese mismo día, alrededor de las 9.45, cuando la mujer se disponía a abandonar el edificio, su expareja la asaltó en el rellano con un cuchillo de 14 centímetros de hoja y la obligó a subir al domicilio de ambos.

Según consta en el escrito de acusación, la víctima suplicó a su agresor "no me hagas esto, te lo suplico", pero éste empezó a apuñalarla ya en el pasillo, propinándole cuchilladas en la cara, oreja o laringe.

La víctima trató de defenderse, como lo acreditan los graves cortes que sufrió en las manos, pero "el acusado de forma inhumana causó un padecimiento insufrible e innecesario a la víctima" colocándose sobre ella para seguir apuñalándola en el tórax, corazón y abdomen hasta un total de 85 ocasiones.

A continuación, el agresor llamó a la policía por teléfono desde su domicilio para confesar el crimen.