La relación entre Joaquín C. V. y su padre Pepe era, según palabras de su madre, excelente. Eso hace todavía más incomprensible la discusión que tuvieron el jueves por la tarde y que acabó cuando el vástago cogió un machete y degolló a su progenitor, sin darle apenas posibilidad alguna para defenderse. «Mi hijo y su padre eran uña y carne, se ve que le dio algo pero mi Joaquín no está loco», insistía Mari Carmen con el dolor demasiado reciente y sin todavía poder encontrar explicación alguna a lo ocurrido.

«Le dio por matar a su padre como podía haberse tirado por la ventana o ponerse una soga al cuello, pero le dio por ahí», explicaba la viuda entre lágrimas cuando sus vecinas trataban de consolarla. Al ser preguntada por Levante-EMV por una supuesta enfermedad mental de su hijo, ya que una de las hipótesis que manejan los investigadores es que éste sufriera un brote psicótico, la mujer sostiene a capa y espada que la salud mental de su hijo es perfecta y nunca ha estado en tratamiento.

Así, respecto al motivo que esgrimió el parricida a los agentes que lo arrestaron, que lo mató porque había insultado a su madre, Mari Carmen sostiene que su marido jamás le ha insultado ni le ha levantado la voz en todos los años que llevan casados.

En torno a las seis y media de la tarde del jueves la mujer salió a dar un paseo con una amiga. Fue a las nueve de la noche, cuando al regresar se encontró a su hijo en el portal. «Vino él a buscarme y me dijo que me tenía que contar algo muy grave». «Estaba chorreando de sudor, con la cara como un tomate y con los ojos como salidos», recuerda la madre. Fue entonces cuando le confesó que acababa de matar a su padre porque, según él, la había llamado «puta». «¡Pero qué has hecho, me has buscado la ruina!», le espetó a su hijo.

Ambos acudieron a pedir ayuda a un vecino, quien telefoneó al 112 y en cuestión de minutos la calle Ingeniero José Sirera de València se llenó de policías y la mirada de decenas de curiosos. Los sanitarios del SAMU únicamente pudieron certificar el fallecimiento del hombre, quien murió desangrado por el corte profundo que presentaba en el cuello. La autopsia realizada ayer en el Instituto de Medicina Legal de València confirmó la causa del fallecimiento, aunque también se apreciaron pequeñas lesiones defensivas. Por la entidad de las mismas, la víctima, de 73 años y enfermo de cáncer, apenas tuvo posibilidades de defenderse.

El arrestado, de 35 años, fue trasladado por la Policía Nacional a un centro hospitalario, donde le tomaron muestras de sangre para determinar si habría consumido algún tipo de sustancia estupefaciente. Asimismo, aunque no tiene diagnosticada ninguna patología psiquiátrica, el presunto parricida será explorado por los médicos forenses del IML para saber si era consciente de sus actos.