Aunque el propio homicida confesó su crimen tanto a Levante-EMVLevante-EMV como a la Policía Nacional, una vez puesto a disposición judicial, Javier Martínez, arrestado por matar presuntamente a un hombre en València el pasado mes de enero, se acogió a su derecho a no declarar y prefirió no reconocer los hechos a la espera del hallazgo del cadáver.

El propio juez de Instrucción número 14 de València, que suplía durante el levantamiento del cadáver a la titular del juzgado número 13 encargada del caso, logró convencer a ambos detenidos para que una vez hallado el cuerpo fueran llevados de nuevo ante la autoridad judicial para confesar su crimen.

Respecto al resultado de la autopsia, el mismo deberá esperar varias semanas dado el estado de reducción esquelética en el que se encontraba la víctima, asesinada el pasado 9 de enero. El presunto homicida relató a este periódico que le asestó una única cuchillada por la espalda con un cuchillo jamonero y que dada la profundidad de la herida, ésta le alcanzó el corazón.

Posteriormente, «le quitamos la ropa, le atamos de pies y manos porque no sabíamos si estaba muerto y lo metimos en un saco», detalló el presunto asesino. Al parecer, esta serie de detalles coinciden con el estado en el que fue hallado el cadáver, sin ropa alguna y envuelto en un edredón tipo saco de dormir, bajo colchones y escombros de un derrumbe, en la vivienda abandonada donde pernoctaba la pareja arrestada hasta que cometieron el crimen.

Respecto a la ropa y «los cuchillos» -ya que se le escapó que había dos-, el acusado de los delitos de homicidio y robo con violencia aseguró a este periódico que se deshizo de estos arrojándolos a un contenedor de botellas próximo. El móvil del crimen, como ya adelantó Levante-EMV, fue un simple desacuerdo en el importe que la víctima les pagaba por los teléfonos que robaban.