«Me asusté mucho porque me desperté ya con el piso en llamas, así que no sé cuánto tiempo llevaba el incendio», explica el inquilino del piso de la calle Marqués de Zenete en el que fue hallada muerta una mujer rusa de 38 años tras arder su dormitorio el pasado domingo. De momento, la Policía Nacional continúa a la espera de la conclusión de la autopsia para determinar definitivamente si se encuentra ante un homicidio, como indican buena parte de las circunstancias que rodean el caso, o si se trata de una muerte accidental.

La vivienda era compartida en régimen de alquiler por la fallecida, Irina G., su hijo de 7 años, su compañero sentimental, de 37, y un hombre de origen colombiano que pagaba por el uso de una habitación, Héctor L., el único que estaba en casa junto con Irina cuando se desató el incendio.

Héctor explicó ayer a Levante-EMV que él estaba durmiendo en su habitación y que se despertó al escuchar el maullido de la gata de Irina. «Ya me desperté con el piso en llamas. Me asusté mucho. Fue muy duro», aseguró.

Respecto al origen del incendio, Héctor no dudó en afirmar con rotundidad que «claro que fue accidental» durante la breve conversación mantenida con este diario. «Es que no sé qué le puedo decir o qué no, pero claro que fue accidental». El inquilino se limitó a decir que no conocía mucho a Irina porque «llevo sólo unos días viviendo en la casa» y, a continuación, dio por zanjada la conversación.

Héctor prestó declaración en el grupo de Homicidios el pasado lunes, al igual que el compañero sentimental de la mujer fallecida, que fue localizado con el hijo de Irina en un municipio de Castelló en la noche del domingo. Además, los investigadores tomaron declaración a varios vecinos de la finca así como a la mujer que alertó a los servicios de emergencias, quien vio salir humo de la vivienda desde un piso de enfrente.

Esa testigo llamó para pedir ayuda al detectar el fuego y advirtió, además, al operador del 112 que estaba viendo una persona en el interior del domicilio, persona que resultó ser Héctor. Éste último, que no llamó a emergencias, mantiene que cuando se despertó acudió a los maullidos de la gata y que en ese momento la policía ya estaba llamando a la puerta.

Los agentes accedieron a la casa y llegaron hasta el salón, la última pieza del piso, desde donde se accedía a la habitación de Irina. Sin embargo, la virulencia del incendio y la densa columna de humo que empezó a inundar la casa les impidió entrar en ese cuarto. En ese instante, llegaron los bomberos y les conminaron a salir de inmediato ante el riesgo de intoxicación.

Minutos después, una vez sofocado el incendio, encontraron el cuerpo sin vida de la mujer sobre la cama. En el suelo, varios colchones reducidos a cenizas denotaban el origen del fuego.

El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal (IML) de València, donde el lunes comenzó la autopsia que ayer todavía no había concluido, ya que la acción del fuego está complicando el trabajo de los forenses, fundamental en este caso para dirigir las investigaciones policiales.