Una vecina de València de 85 años falleció el pasado sábado por la noche, según la data de la muerte fijada por la autopsia. No obstante, no fue hasta el pasado miércoles cuando su hijo alertó a la policía al percatarse del hedor que desprendía su cadáver. Según él mismo confesó a los agentes de la policía, no avisó antes de la muerte de su madre porque pensaba que estaba durmiendo.

La Policía Nacional investiga el hallazgo del cadáver, encontrado en un piso de la avenida Burjassot de València, aunque todo indica que la anciana murió por causas naturales ya que padecía una enfermedad y estaba en tratamiento. Asimismo, su hijo tampoco parece que ocultara su cuerpo de forma intencionada. Según las fuentes consultadas por este periódico, el hombre, de unos 40 años, percibe una paga por discapacidad.

Al parecer, su madre se acostó a dormir el sábado por la noche en su habitación. A la mañana siguiente, al ver que no se levantaba, el hijo, que reside con ella, la dejó allí creyendo que simplemente estaba descansando.

Así, pasaron los días y, pese a que ésta seguía en la misma posición, el hijo no se percató de su fallecimiento. «Yo hablé con él el lunes o el martes y no comentó nada sobre su madre, y la casa tampoco olía mal», relataba un vecino de la finca. Al resto de vecinos tampoco les extrañó la ausencia de la anciana, ay que hacía tiempo que apenas salía de casa.

Fue el miércoles por la mañana cuando finalmente el hijo de la fallecida telefoneó diciendo que su madre olía mal. La comisión judicial se trasladó al domicilio y procedió al levantamiento del cadáver, que empezaba a mostrar signos de putrefacción.