Decenas de personas se congregaron ayer en la plaza del Carbó, frente al Ayuntamiento de Alzira, para condenar el asesinato de la niña de dos años a manos de su padre ocurrido en la tarde del domingo. El suceso fue calificado por el alcalde de la ciudad, Diego Gómez, como «la violencia más dolorosa que puede existir dentro de esta lacra que es la violencia contra las mujeres». Familiares y amigos de la madre mostraron su respeto a la víctima con tres minutos de silencio en un día de luto en el que las banderas ondearon a media asta.

Los asistentes (una buena parte eran mujeres) reflejaban en sus rostros la seriedad y la tristeza de un momento que nadie de los presentes desearía estar viviendo. Incluso alguna lágrima brotó y se dejó ver en la cara de personas notoriamente afligidas. Además de los vecinos y representantes políticos de la ciudad, mostraron sus condolencias en público el secretario autonómico de Inclusión y la Agencia Valenciana de Igualdad, Alberto Ibáñez, la directora general de la Infancia, Rosa Molero, la directora del Instituto Valenciano de las Mujeres, Maria Such y el diputado de Izquierda Unida en el Congreso, Ricardo Sixto.

«Es un momento difícil y duro para cualquier alcalde, sobre todo para una ciudad amiga de la infancia y acogedora, tener que expresar nuestro sentimiento de dolor y repulsa por la muerte de una criatura de dos años por su padre», expresó Gómez y añadió: «El eslabón se rompe por la parte más débil, que son los niños y las niñas, de ahí nuestra preocupación, que hoy conmueve a Alzira y a todo el país», remarcó Gómez.