Un año y nueve meses de prisión. Esa ha sido la condena impuesta por un juzgado de València a un ladrón reincidente que trató de clavar un destornillador a un guardia civil libre de servicio que lo sorprendió robando en el aparcamiento privado de un edificio de viviendas del cap i casal. En la sentencia no sólo ha pesado el delito de atentado por haber amenazado al guardia civil con el destornillador en su intento por darse a la fuga, sino también el amplio historial delictivo del ahora condenado, que ha pasado varias veces por prisión, siempre por delitos de robo con fuerza en las cosas.

Durante el juicio, celebrado el pasado 29 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 2 de València, el delincuente, Antonio Francisco B. M., de 39 años, admitió todos los cargos de los que le acusaba el fiscal: robo con intimidación, agravado por el uso de medios peligrosos -un destornillador-, y otro de atentado contra agente de la autoridad. Además, el juez le aplicó la agravante de reincidencia -acumula al menos tres condenas anteriores por delitos de robo-, pero también la atenuante de drogadicción, ya que, según fuentes jurídicas, padece una fuerte adicción a los estupefacientes.

La detención de Antonio Francisco se produjo el 5 de noviembre, cuando el guardia civil lo sorprendió robando dentro de un coche, en el garaje de la finca sita en el número 29 de la avenida de Burjassot. Tras identificarse, le pidió que saliera del coche. Fue en ese momento cuando el ladrón blandió el destornillador contra el agente, lanzando varios golpes con el fin de clavárselo, lo que obligó a este a reducir al delincuente e inmovilizarlo hasta la llegada de un coche patrulla de la Policía Nacional. El condenado también deberá pagar 133 euros al dueño del coche forzado.