Eran alrededor de las 20.00 horas del jueves cuando Eusebio Samper escuchó cómo desde el número 41 del carrer Nou de Guadassuar pedían auxilio. No se lo pensó. Corrió hasta la puerta para intentar abrir pero tras su fallido intento, optó por avisar a la Policía Local. Al entrar en la vivienda, llegó la peor de las imágenes. Sentada sobre la cama y asustada yacía Maricica G., después de haber sido agredida presuntamente por su pareja, Iosef L. «No vi cómo la golpeaba pero se escuchaban golpes y chillidos. Tenía la cara muy hinchada. No era sangre, pero se evidenciaban signos de violencia claros. Yo le pregunté si le había pegado y me dijo que sí. Su novio la estaba acariciando como si no hubiera pasado nada», explicó Samper. «Le dio una paliza tremenda», dijo. «Estoy satisfecho y triste porque intenté salvarle la vida pero no pude», sentenció entre gestos de rabia.

El presunto maltratador apaleó a la mujer con un palo de escoba y, aunque al principio ella había rechazado ayuda médica, finalmente accedió a ser llevada al hospital en una ambulancia a la que subió por su propio pie. Sin embargo, de camino sufrió un infarto y murió.