La investigación se inició tras recibir la Benemérita una denuncia de un ciudadano que decía haber sido estafado, al parecer, por su corredora de seguros.

Los agentes comprobaron que la denunciada había ideado un sistema que consistía en cobrar a sus clientes las pólizas de seguros en efectivo y, si conseguía que el cliente las abonara de esta forma, no llegaba a formalizarlas con la compañía de seguros. Para «tranquilizar a sus clientes», les daba un recibo en el que aparecía un sello de «pagado», que era falso. A la ahora detenida, que llegó a devolver el dinero a algunos de los estafados para evitar que la denunciasen, se le imputan nueve delitos de estafa y seis de falsedad documental.