Araldo F., el hombre de 57 años y nacionalidad italiana arrestado tras el asesinato de su vecino en Llíria el pasado viernes, ingresó ayer en prisión provisional tras acabar confesando su crimen ante el juez de instrucción que lleva el caso. Previamente el sospechoso ya se había derrumbado ante los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil debido a los numerosos indicios que lo incriminaban.

El acusado de un delito de homicidio llegó al Juzgado de Instrucción número uno de Llíria fuertemente custodiado y con el rostro oculto tras una chaqueta. Después de escuchar su declaración, donde sacó a relucir la mala relación que existía con su víctima, y por la que ya tenían denuncias cruzadas, la fiscal solicitó la medida de ingreso en prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza. Dicha medida fue acordada por el juez.

El crimen, que adelantó en exclusiva Levante-EMV, se produjo el pasado viernes, en torno a las ocho de la tarde, en la calle Joan Martorell de Llíria. Tanto el arrestado como su víctima, Juan Bautista Palacios, de 56 años y exjugador de balonmano, llevaban unos veinte años viviendo en esta finca y desde hacía unos cuatro tenían fuertes enfrentamientos por cuestiones vecinales. «No se hablaban desde que se separó de su mujer y, si se cruzaban, siempre estaban discutiendo», explicó Samar, vecina de la finca donde ocurrieron los hechos.

Esa noche volvieron a discutir, pero esta vez el enfrentamiento iba a acabar en sangre. «Había mucho ruido, no se distinguía lo que decían, y luego todo en silencio», recuerda una vecina. Otro residente de la finca salió al rellano del tercer piso y se encontró ya agonizando a Juan sobre un charco de sangre.

El presunto homicida, después de asestarle las cuchilladas y propinarle hasta cuatro golpes con un martillo en la cabeza, se encerró en su domicilio. De hecho, cuando los agentes llamaron a su puerta, tanto él como su pareja tardaron en abrir cerca de una hora. Durante ese tiempo ambos se ducharon y después alegaron que no habían escuchado nada.

La autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de València confirmó que el cadáver presentaba al menos catorce cuchilladas en el pecho y que la víctima tenía el cráneo destrozado tras recibir cuatro martillazos en la cabeza, como ya adelantó este periódico. Aunque el acusado ha asumido toda la responsabilidad del crimen las investigaciones continúan abiertas. La vivienda ha quedado precintada y un centro de acogida de animales se hizo cargo ayer del gato de la pareja.