El presunto maltratador que el pasado miércoles retuvo durante cuatro largas horas a su expareja en Requena, amenazándola con un cuchillo de cocina mientras permanecía atrincherado en el domicilio de ésta, ingresará en las próximas horas en prisión provisional. Así lo ha acordado el Juzgado de Instrucción número tres de Requena, competente en materia de violencia contra la mujer, según ha informado en Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Alberto José P. P., de 32 años y vecino de Requena hasta que le fue impuesta una orden de alejamiento que le prohibía entrar en el municipio, fue reducido por agentes de la Guardia Civil el mediodía del miércoles tras un importante despliegue y cuatro horas de negociación. El teniente de la Guardia Civil de Requena simuló ser un médico y logró distraer al sospechoso el tiempo necesario para que sus compañeros de la Policía Judicial aseguraran a la mujer y otros dos agentes del Grupo Rural de Seguridad (GRS) procedieran a desarmarlo y detenerlo.

El Juez imputa al acusado los delitos de tentativa de homicidio, allanamiento de morada, detención ilegal, daños, amenazas con arma blanca y quebrantamiento de medida cautelar, según fuentes del TSJ-CV.

En su auto, el Juez acuerda la prisión solicitada por la Fiscalía al apreciar riesgo de fuga y entender que de «la existencia de una prohibición de acercamiento a la víctima, los múltiples procedimientos como investigado por quebrantamiento a los que se ha visto implicado, se desprende la necesidad de adoptar la medida solicitada por el Ministerio Público ante la realidad de que la prohibición de acercamiento que pendía sobre el detenido se ha revelado de todo punto insuficiente, puesto que a pesar de su existencia, el investigado ha hecho caso omiso a la misma».

Como ya adelantó este periódico, el pasado 22 de noviembre el ahora arrestado ya quebrantó nuevamente la orden de alejamiento. Pese a ser reincidente no se solicitó a los forenses una evaluación integral del riesgo de la víctima. El presunto maltratador portaba desde entonces una pulsera telemática, pero esta medida tampoco evitó que quebrantara el alejamiento el pasado miércoles después de que se la quitara y arrojara la misma por la ventanilla del coche a su paso por Chiva.