Su marido se encontraba plácidamente durmiendo en el lecho conyugal cuando María Dolores M. B., «sin encender la luz y con el ánimo de acabar con la vida de éste», le asestó una primera cuchillada en la pierna derecha con un cuchillo tipo machete de 19 centímetros de hoja. Una vez se despertó, le asestó una segunda puñalada en la axila mientras le gritaba: «¡Muérete, muérete! Durante el forcejeo el hombre logró arrebatarle el arma blanca y le causó varias puñaladas en el pecho a su mujer. Ahora ambos deben responder por sus acciones, ocurridas en el domicilio familiar en Enguera a finales de julio de 2014.

La mujer, acusada de un delito de asesinato en grado de tentativa, se enfrentaba a una petición de pena de catorce años de prisión. Tras reconocer los hechos en el juicio, celebrado ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de València, María Dolores M., de 39 años, aceptó una pena de seis años de cárcel al aplicarle la atenuante analógica de enajenación mental y la de reparación del daño.

Asimismo, su expareja, Emil A. I., de 40 años y nacionalidad búlgara, también aceptó otra pena de un año de prisión por un delito de lesiones con uso de instrumento peligroso con la eximente incompleta de legítima defensa.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 31 de julio de 2014 en el domicilio de Enguera donde convivía el matrimonio. Aunque ambos resultaron heridos y tuvieron que ser hospitalizados por las cuchilladas, pronto los investigadores del Emume de la Guardia Civil descartaron que se tratara de un caso de violencia machista, sino que realmente había sido la mujer quien había tratado de acabar con la vida de su pareja mientras éste dormía. Así lo demostraron también los rastros de sangre hallados en la vivienda por el grupo de criminalística.

Sobre los motivos por los que la ahora condenada por conformidad intentó asesinar a su marido solo los conoce ella. Ambos acusados se limitaron a reconocer su responsabilidad, acatando como hechos probados el relato del fiscal, pero no entraron en detalles del móvil del asesinato frustrado.