María Jesús M. C., Maje, la enfermera de 27 años encarcelada junto a uno de sus amantes por el asesinato a cuchilladas de su marido, el ingeniero noveldense Antonio Navarro Cerdán, logró tener listo para firma el reparto de bienes que le correspondían como viuda en menos de tres meses. Sin embargo, la declaración de herederos no llegó a prosperar porque la familia de la víctima, que a esas alturas ya desconfiaba de la actitud de Maje, frenó la firma, prevista inicialmente en una notaría de València para mediados de noviembre. En ese momento, hacía menos de una semana que la policía había obtenido la primera conversación entre la viuda y su cómplice en la que aludían por primera vez al asesinato.

Los abogados de la acusación particular, ejercida en nombre de la familia de Antonio por los letrados valencianos Miguel Ferrer y Patricia Cogollos, ya han aportado al juzgado el documento en el que el notario incluso destaca que actúa «requerido por María Jesús M. C.». La acusación particular trata de abundar en la idea de que la enfermera actuó por un móvil económico en su presunta participación como cómplice en la planificación y ejecución del asesinato, perpetrado a las 7.30 horas del 16 de agosto pasado en el garaje donde aparcaba su coche Antonio.

Como se recordará, el pasado 10 de enero, agentes de Homicidios detuvieron a Maje y a su cómplice, el auxiliar de enfermería Salvador R. L., tras cinco meses de intensa investigación. Una vez que ambos se vieron descubiertos, confesaron, los dos, su participación tanto en la elaboración del plan como en la ejecución del mismo. Salva reconoció que él había matado al ingeniero a cuchilladas aquella mañana y ella aceptó que le había facilitado los horarios, las llaves del garaje para que se hiciera una copia y había pasado la noche fuera para que fuese su marido y no ella quien utilizase la plaza de garaje.

Dos días después, en el juzgado, cambiaron sus versiones: él mantuvo que era el autor material, pero la eximió de toda responsabilidad y ella esgrimió que no sabía nada y que Antonio la maltrataba. Sin embargo, todas las conversaciones grabadas que aparecen en el sumario y el resto de indicios y pruebas recabadas por Homicidios refrendan la primera declaración de ambos.

Bloqueo de las cuentas

La propia policía concluye en su atestado que los móviles de ambos son distintos: Salva habría actuado movido por su enamoramiento de Maje, y ella, por «una motivación económica, unida a su ansia de liberación». Los abogados de la familia ya han pedido, tal como anunció este diario, el bloqueo de la cuenta donde Maje estaba percibiendo la pensión de viudedad -había llegado a cobrar cuatro cuotas de 1.100 euros cada una por ese concepto antes de su encarcelamiento-, así como de las cuentas corrientes tanto del ingeniero como de ella.

Así mismo, han solicitado al juez de Instrucción número 14 de València, que lleva el caso, el bloqueo parcial de las cuentas del asesino confeso y de sus propiedades para hacer frente a la posible responsabilidad civil que se derive de la hipotética condena por el crimen de Antonio Navarro.