La Policía Nacional está investigando el envenenamiento con arsénico de un hombre de 88 años en València después de que la propia víctima lanzase la voz de alerta tras sospechar que alguien de su entorno le estaba administrando el tóxico a sus espaldas. El hombre, que ha preferido no realizar declaraciones públicas, tuvo que acudir dos veces de urgencia a su médico por las graves complicaciones gastrointestinales sufridas, tras lo cual decidió someterse a un análisis para corroborar sus sospechas.

De momento, no hay una evidencia determinante de que ese envenenamiento haya sido provocado de manera intencionada, si bien el hombre sospecha de alguien próximo que haya podido tener acceso a la comida que ingiere habitualmente.

Según las fuentes consultadas por Levante-EMV, el hombre denunció los hechos en una comisaría de València a finales de la semana pasada, y aportó, según la información obtenida por este diario, un análisis realizado en una clínica privada que constata que su nivel de arsénico triplica el máximo que de manera natural puede encontrarse en un organismo humano.

De momento, la Policía Nacional ya ha abierto una investigación para tratar de averiguar si, como parece, el hombre ha sido víctima de un intento de envenenamiento o si, por el contrario, puede tratarse de una intoxicación accidental.

Según los expertos, el arsénico es un semimetal presente en varios alimentos de consumo habitual, entre ellos algunos tipos de pescado, pero también forma parte de la composición química de medicamentos, tanto los producidos en síntesis en laboratorios farmacéuticos como algunos utilizados en disciplinas alternativas como la homeopatía y la naturopatía.

Episodios virulentos

De hecho, la policía tendrá que examinar ahora la medicación que toma el octogenario, precisamente para intentar descartar la intoxicación accidental. Aún así, existen serias sospechas de que el envenenamiento no está relacionado con un incidente casual por varias razones, entre ellas, que el hombre empezó a sospechar después de sufrir dos episodios explosivos.

En el caso de que la ingesta del arsénico se hubiese producido a lo largo de mucho tiempo y en dosis pequeñas, como habría ocurrido en el supuesto de un envenenamiento por acumulación en el organismo, derivada de la toma prolongada de un fármaco con esa sustancia, los síntomas habrían sido distintos y no habrían aparecido de manera tan repentina.

De hecho, el hombre, con amplios conocimientos de Medicina, empezó a tener las primeras sospechas de que alguien lo estaba envenenando después de que se repitiesen los cuadros severos de complicación gastrointestinal, que siempre coincidían después de determinadas comidas.

Cuando la sospecha empezó a convertirse en una certeza, optó por acudir a una clínica privada donde solicitó una batería de pruebas de envenenamiento mediante distintas sustancias tóxicas. Al recibir los resultados, comprobó alarmado que el nivel de arsénico en su cuerpo triplicaba el máximo del que se considera normal y tolerable en humanos, por lo que decidió denunciar los hechos.

El hombre prestó ayer declaración ante la Policía Nacional, a quien aportó el análisis que prueba la presencia de niveles elevados de arsénico en su cuerpo y explicó el desarrollo de los hechos. Ahora, los agentes tomarán declaración a distintas personas de su entorno.