Maje y Salva fueron detenidos por el asesinato a cuchilladas de Antonio, marido de ella, el pasado 10 de enero, cuando se iban a cumplir cinco meses del crimen. Entre ese día y el siguiente, declararon ante la jefa del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València. Sin ambages, ambos respondieron con un rotundo "sí" cuando la inspectora les preguntó sobre si los dos habían participado en la planificación y ejecución del asesinato de Antonio.

En concreto, Maje fue interrogada, ante su letrada del turno de oficio, a las 17.00 horas del día 10, seis horas después de su detención. "Preguntada para que diga si se puso de acuerdo en la planificación y ejecución de la muerte de su marido Antonio Navarro con Salvador R. L., contesta que sí". Y no sólo eso: Maje aporta detalles difíciles de conocer para alguien ajeno a la trama y que han servido a la Audiencia de València para mantenerla en prisión, tal como ha adelantado Levante-EMV en exclusiva esta semana. Así, en esa declaración revela qué día y dónde entregó a Salva las llaves del garaje de su casa para que se hiciera una copia y cómo esa misma mañana se las devolvió, admite que habló con él por teléfono días antes del crimen, que "él le dijo que iba a ser por la mañana" y que "por ese motivo la declarante se fue a dormir la noche del 15 al 16 -de agosto- a casa de Jose" (un segundo amante del que en ese momento nada sabían ni su marido, ni Salva) y asume haberle contado al autor material confeso los horarios de su marido, lo que facilitó el momento del asesinato, al declarar a la jefa del grupo de Homicidios que "Salva ya sabía los horarios de Antonio y que trabajaba en El Rebollar debido a la confianza que tenían de hablar de muchas cosas".

Casi ocho horas y media después, a las 13.20 horas del 11 de enero, le tocó el turno a Salvador R. L. "Preguntado para que diga si María Jesús M. y el declarante concertaron la muerte del marido de María Jesús, llamado Antonio Navarro, dice que sí". Y más tarde, abunda en la incriminación de Maje: "Que a principios de verano y a causa de un accidente en la empresa de Antonio en el que hubo varios fallecidos, ambos coincidieron que podría haber sido uno de ellos Antonio, y empezaron a fantasear con la idea de que Antonio no estuviera, naciendo poco a poco la idea de que éste muriera".

Las llaves, la clave

Sin embargo, al día siguiente, viernes, 12 de enero, y ya ante el juez, ambos variaron su versión de los hechos tras mantener sendas reuniones con sus abogadas de oficio. Así, Maje arranca su declaración diciendo, literalmente, que "desea cambiar la declaración prestada ante la policía indicando que fue en marzo cuando entregó las llaves a Salvador". El detalle no es nimio. Salvador y ella acordaron, en una cita en una cafetería de Torrent el 2 de enero, que fue convenientemente grabada por la policía, que ambos debían decir que ella le había dejado las llaves para hacerse una copia en marzo. Pero Maje se equivocó y ante la policía dijo lo que probablemente es la verdad: que se las había dado a finales de julio, el último día que se vieron cara a cara antes del crimen.

Salva, por contra, había seguido el plan y le había dicho a la policía que Maje le había dado las llaves en marzo. Pero ni siquiera él fue capaz de mantenerse firme: ante el juez, acabó por declarar que "no recordaba en qué momento recibió las llaves y en qué momento se las devolvió después de hacer una copia". Eso sí, que había sido "después de Fallas y antes del verano".

Las contradicciones respecto a la primera declaración no se quedaron ahí. Maje, la enfermera pluriempleada, declaró ante el juez que "no es cierto que planificara la muerte de su marido" y que "dijo otra cosa ante la policía porque no entendió la importancia de la pregunta". En su nueva versión como víctima colateral del asesinato, llegó a decirle al juez, y así se recoge en la declaración que firmó, "que ella no estaba obsesionada con Salvador, que le importaba poco" y "que se arrepiente muchísimo de no haber denunciado a Salvador", ya que "sabe que Salva mató a Antonio desde el mismo 16 de agosto".

Pese a tratar de mantenerse alejada de cualquier indicio que la incriminase, Maje cometió lo que para las acusaciones puede acabar suponiendo un espaldarazo de cara a convencer al jurado de su culpabilidad. Así, a preguntas del fiscal y a pesar de haber mantenido siempre que no sabía cuándo se iba a producir el crimen, acabó admitiendo que aunque "no le dijo el día concreto, sí que le dijo que lo iba a hacer la primera quincena de agosto y que ella por ello se fue todos los días a dormir a casa de Jose". Eso sí, afirma que ella pensaba en todo momento que lo que Salva le daría a su marido era "un susto".

Por lo que respecta a Salvador, el autor material confeso insistió ante el juez en que "sólo él participó en la muerte de Antonio Navarro" y que "María Jesús no tuvo ninguna participación". Admite que habló con ella "sobre el tema", pero reiteró una y otra vez que "solamente él lo decidió y lo ejecutó", intentando desvincular a su amante de la trama homicida. A preguntas del propio juez, responde, primero, "que no desea contestar a cuál es el motivo de proteger a María Jesús" y, después, "que no está obsesionado con María Jesús, que le tiene mucho aprecio". Y remata: "No es cierto que la obsesión le haya llevado a matar al marido de María Jesús. Que es amor y no obsesión lo que siente por ella".

Y otra contradicción más: Maje había repetido varias veces, ante la policía y ante el juez, que cada vez que le había comentado a Salva la posibilidad de divorciarse de Antonio, su amante le había quitado la idea de la cabeza tratando de convencerla de que la separación no era la solución porque su marido le haría la vida imposible. Sorprendentemente, y pese a que la acusada asegura en sus declaraciones que lo habían hablado en numerosas ocasiones, Salvador no parece estar en línea con esa versión. Así, y sin percatarse de las posibles consecuencias de sus respuestas para la que fue su amante durante casi dos años y medio, contesta hasta en dos ocasiones, la primera a preguntas de la abogada de Maje y la segunda, interrogado por el juez, que "no recuerda si ella le dijo que se quisiera divorciar" y que "no recuerda si habló con Maje del tema del divorcio". Dos respuestas que dejan a la viuda en situación altamente comprometida a la hora de defenderse de la acusación de inducción y cooperación necesaria en el asesinato de Antonio que pesa sobre ella.