Con cicatrices de mordiscos de unos a otros, con pústulas, costras e infecciones bacterianas. Así localizó la policía en junio de 2016 a doce perros, que vivían hacinados y en condiciones insalubres, en una vivienda de la calle Quart de València.

Su propietario, con antecedentes por maltrato animal, se enfrenta ahora a trece años y medio de prisión por los doce delitos, a cada uno de los canes, y por un delito agravado por la muerte de otro, según la petición del Ministerio Fiscal.

El juicio, que se iba a celebrar ayer en el Juzgado de lo Penal número doce de València, tuvo que suspenderse debido a que el acusado «no estaba en condiciones de declarar», según dictaminó el médico forense, quien lo exploró ayer después de que durante la instrucción se rechazara la práctica de dicha prueba solicitada por la defensa.

De hecho, el procesado ha sido derivado a la unidad de psiquiatría forense del Instituto de Medicina Legal de València para evaluar su capacidad mental y si se le aplica algún tipo de eximente.

Esta misma persona ya fue condenada en 2015 a una pena de tres meses y un día de cárcel por otro delito de maltrato animal, aunque se le suspendió la pena. Asimismo, en noviembre de 2016 el Juzgado de Instrucción número dos de València acordó la prohibición cautelar de tenencia de animales.

Precisamente cuando la policía fue a notificarle dicha resolución judicial los agentes comprobaron que escondía otro perro con «una elevada parasitosis por pulgas y un alto grado de estrés y miedo».

Uno de los animales murió

Los hechos, de los que informó en su momento Levante-EMV, ocurrieron en junio de 2016 cuando a raiz de las quejas de varios vecinos la Policía Local de València descubrió que en el inmueble del ahora acusado éste tenía doce perros -nueve de la raza American Staffordshire Terrier y tres Bulterrier- en condiciones lamentables e inhumanas. Agentes de dicho cuerpo, en colaboración con la policía de la Generalitat, se incautaron de los animales, que tuvieron que recibir asistencia veterinaria.

Uno de ellos no pudo superar su grave estado y falleció. En el domicilio se encontró una garrafa de anticongelante abierta, líquido por el que algunos de los animales sufrieron intoxicación, según la acusación particular, ejercida por Modepran.