Aunque judicialmente el crimen de Jéssica y David, una pareja de novios asesinados en la madrugada del 5 de febrero de 2005 junto al portal de su casa en Paterna, pueda estar zanjado, con una condena de 45 años de prisión al padre del ahora absuelto de la violación a sus hermanas. La muerte en extrañas circunstancias del único condenado justo antes de poder recurrir el fallo y la no identificación del autor material de los disparos que acabaron con la vida de la pareja, de 18 y 19 años, hace de este crimen un caso con más lagunas que certezas.

El ahora procesado había sido novio de la joven fallecida, con quien iba a tener un hijo. El aborto provocado del bebé que esperaban fue el supuesto móvil por el que el padre de éste, de fuertes convicciones religiosas, habría ordenado matar a tiros a la expareja de su hijo y madre de ese futuro nieto que ya no vería nacer. Sin embargo, nunca se localizó al autor de los disparos y la propia Audiencia expuso sus dudas sobre la conclusión de culpabilidad a la que había llegado el Jurado Popular, «carente de una exposición de hilo conductor o conexión deductiva racional».