La Guardia Civil y Aduanas han confiscado en el puerto de València 325 kilos de cocaína, oculta en sendos ganchos perdidos, durante las operaciones de control habituales que se realizan sobre determinadas cargas y sobre los envíos de empresas seleccionadas de antemano.

Se trata de un gancho perdido de 250 kilos que los narcos habían introducido en un cargamento de pera fresca procedente de Chile, sin que ni el exportador ni el importador tuvieran conocimiento de la existencia de la droga, y de un segundo alijo, mediante el mismo sistema, situado en el interior de un contenedor que traía fruta deshidratada del mismo país.

Los dos ganchos fueron detectados el lunes, durante las inspecciones de análisis de riesgos que derivan en la revisión de contenedores sospechosos de albergar droga en función de determinados parámetros como la carga, el origen o las empresas importadores y exportadoras.

Los dos contenedores llegaron en el mismo barco

Como es habitual, no se han producido detenciones. El gancho perdido es el sistema preferido por los narcotraficantes que actúan a gran escala porque es más barato y menos comprometido. Consiste en introducir la droga en grandes mochilas en el puerto de origen o en algún puerto intermedio, sin que el exportador lo sepa.

Grupos asalariados de los narcos, en muchos casos trabajadores de los puertos, son los encargados de introducir la droga, que luego recupera otro grupo en el puerto de destino, en este caso València, antes de que el contenedor sea despachado a la sede de la empresa española importadora, que tampoco conoce la existencia de la droga y que los narcos eligen en función de su elevado volumen de importación de mercancías.