«En la mañana del 15 de febrero de 2016, aprovechando que su hijastro estaba todavía durmiendo y que no había nadie más en la casa, cogió un machete de 21 centímetros y le asestó varias cuchilladas para acabar con su vida. Posteriormente se encerró en la vivienda, situada en la calle San Isidro Labrador de Bèlgida, y le prendió fuego. Ahora el acusado por estos graves hechos niega la autoría de los mismos, pese a haber sido reconocido sin género de dudas por la víctima, y alega que alguien le golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente. Sin recordar nada más de lo ocurrido hasta despertarse ya dentro de la ambulancia.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València juzga desde ayer a Francisco P. J., de 54 años, quien se enfrenta a una pena de hasta 17 años de cárcel. Concretamente el Ministerio Fiscal solicita para el acusado catorce años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa y tres años más por el delito de incendio en bienes propios.

Sobre los motivos que le llevaron a acuchillar a uno de los hijos de su esposa, quien actualmente tiene 27 años, el procesado no aclaró nada en la vista oral, de hecho sigue negando incluso que fuera él quien le atacó. Por su parte la víctima, su hermano y la madre de éstos apuntaron a una discusión que habían mantenido días antes por la desaparición de unas joyas, cuya sustracción atribuía el acusado a los hijos de ésta. Además, los dos hermanos manifestaron que su padrastro ya les había comentando que iba a incendiar la casa para luego cobrar el dinero del seguro, dejándoles claro éstos que, en ese caso, le iban a denunciar.

El acusado alegó que la relación con su hijastro era buena. «Es un chico muy independiente pero siempre nos hemos llevado bien». De igual modo negó haber tenido una discusión reciente ni con él ni con su hermano.

En la mañana del día de autos, 15 de febrero de 2016, Francisco P. reconoce que su mujer se fue temprano a trabajar, le preparó el desayuno a la hija común de ambos y la acompañó al colegio. De regreso, pasó por el bar, se tomó un café y compró tabaco.

Según la fiscalía, éste, sabiendo que estaba a solas con su hijastro y que el mismo estaba durmiendo, y tras encerrar al perro de raza rottweiler, para evitar que pudiera ayudar a su dueño, le asestó una primera cuchillada en el costado derecho. La víctima se despertó en ese mismo momento y trató de defenderse como pudo, logrando arrebatarle el arma tras un forcejeo con su padrastro.

Una vez desarmado el presunto agresor trató de estrangularle. Sin lograr su propósito, el acusado se encerró en la vivienda y provocó un gran incendio que destruyó el interior del inmueble. Los investigadores de la Guardia Civil hallaron hasta cuatro focos donde se originó el fuego.

Toda esta versión fue negada por el acusado, quien se limitó a decir: «Fui al servicio y cuando salí me dieron un golpe y me dejaron seco. Cuando recuperé la consciencia estaba en la ambulancia».

Las cuchilladas le afectaron el hígado y el pulmón

El agredido, que tenía 24 años cuando fue acuchillado por su padrastro, sobrevivió pese a que las cuchilladas le afectaron órganos vitales como el hígado y el pulmón. La propia víctima relató a Levante-EMV lo ocurridoLevante-EMV en febrero de 2016 tendido en la cama del hospital donde se recuperaba de las graves lesiones.