Un adelantamiento en la autovía, un pique entre conductores, una discusión y la muerte por apuñalamiento. Es la secuencia que acabó con la muerte violenta de un joven de la Vila Joiosa, Daniel F. C., de 31 años de edad, después de que un delincuente de Bétera, de 56 años de edad, le asestara un navajazo que le dañó el corazón y le provocó el fallecimiento cinco días después de la agresión.

Los hechos empezaron a gestarse a las 9.30 del lunes de la semana pasada. Daniel viajaba con su novia hacia Alicante por la A7. A la altura del centro penitenciario de Picassent, hubo un adelantamiento y, a partir de ahí, el presunto agresor empezó a picarse con el coche de la pareja. Después de varios acelerones y volantazos, bajó la ventanilla y le gritó a Daniel desde la ventanilla: "¡Para en la gasolinera, para en la gasolinera!". Y Daniel lo hizo.

Ambos vehículos entraron en la estación de servicio ubicada en el kilómetro 361 de la A7, en la entrada a Benifaió. Daniel bajó del coche y esperó al otro, que llegó con la navaja en la mano, tal como recogen las cámaras, aunque el joven ni siquiera llegó a ver el arma. La grabación en vídeo recoge con claridad cómo el presunto agresor, que se había situado a muy pocos centímetros del joven mientras discutían, lanza un primer navajazo, que no alcanza a la víctima, y un segundo, certero, que entra por el costado izquierdo y acabaría lesionando el corazón. Eran las 9.38 de la mañana.

El delincuente se gira y huye en su vehículo, mientras el chico, ajeno aún a la herida, trata de entrar en su coche para proseguir viaje. En ese instante, se ve cómo se percata de la mancha de sangre en su camiseta, alza la cabeza y le dice a su novia: "Cari, que me han pinchado". Daniel se dirigió hacia la gasolinera para pedir ayuda, pero no llegó. Se desplomó, inconsciente, justo ante la puerta de entrada del recinto donde estaba el empleado de la estación de servicio. El reloj marcaba las 9.40.

La novia de Daniel pidió auxilio y el empleado de la gasolinera llamó al 112. En pocos minutos llegó la primera patrulla de la Policía Local, que al ver la hemorragia que sufría el joven optó por llevarlo en el coche policial al centro de salud de Benifaió, desde donde una ambulancia del SAMU lo evacuó de urgencia al Hospital La Fe, en València. Horas después, los médicos dictaminaron la muerte cerebral de Daniel, que finalmente fallecería el sábado, cinco días después de ser apuñalado.

Detenido en apenas hora y media

Mientras Daniel recibía la primera ayuda médica, la Guardia Civil asumía la búsqueda del agresor. Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico de Alzira averiguaba que el delincuente había huido hacia el sur, mientras agentes del área de investigación de Almussafes obtenían la matrícula del sospechoso gracias a las cámaras de vigilancia que les mostró el empleado de la gasolinera.

Se acotó, con la ayuda del resto de las patrullas alertadas por el Centro Operativo de Comunicaciones (COC) de la Guardia Civil, que sólo podía haberse dirigido hacia Carlet o Algemesí, ya que los agentes de Tráfico apostados en la autovía del Mediterráneo unos kilómetros más adelante tenían la certeza de que el vehículo sospechoso, un Mercedes Clase A propiedad de otro delincuente aún en prisión y vecino de Sagunt, no había llegado a pasar por ese punto.

Agentes de Tráfico de Alzira y de investigación de Almussafes se dividieron y en apenas hora y media, sobre las doce del mediodía, localizaban el vehículo en Algemesí. Instantes después, detenían al presunto agresor, que posee numerosos antecedentes policiales y penales, e intervenían la navaja, de menos de 10 centímetros de hoja.

El detenido fue llevado al cuartel de Almussafes y el equipo de Policía Judicial de Carlet se hizo cargo de la tramitación de las diligencias. Un día después, el martes, la jueza de Instrucción número 3 de Carlet, en funciones de guardia, decretaba el ingreso en prisión del detenido, por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, imputación que ahora, con la muerte de Daniel, ha cambiado por la de homicidio consumado.