La Guardia Civil ha detenido en Valencia a dos de las 13 personas arrestadas en el marco de una nueva operación contra una trama china de blanqueo de capitales y fraude al fisco español. La mayor parte de la red operaba y residía en Madrid, donde disponía de almacenes de importación de mercancía desde China cuya venta generaba los beneficios millonarios que luego eran llevados ilegalmente a su país para comprar más mercancía. En total, la organización criminal habría evadido más de 40 millones de euros.

La operación, desarrollada a principios de esta semana por el grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO), ha permitido a los agentes intervenir 8 millones de euros en efectivo a los 13 detenidos, tanto en la veintena de registros llevados a cabo en domicilios, oficinas y naves industriales de España -en València ha habido al menos dos-, como de Portugal y también Rumanía, los países que utilizaban en su ruta para llevar a China físicamente el dinero opaco obtenido en España con la venta de la mercancía importada fraudulentamente desde su país.

En la provincia de Valencia se han producido dos detenciones y varios registros, de cuyo resultado informará esta misma mañana el teniente del grupo de Delincuencia Económica de la UCO, Antonio Balas, responsable de este nuevo varapalo a las redes chinas de blanqueo de capitales.

El modus operandi de esta trama, que es un calco de otras redes similares desarticuladas en los últimos años en nuestro país -la primera fue la liderada por el ciudadano chino Gao Ping en Madrid y la última, en octubre pasado- consistía en introducir fraudulentamente en España mercancía desde China, sobre la que no pagaban aranceles o bien mintiendo sobre la naturaleza del producto importado o bien rebajando sustancialmente su importe real para reducir al mínimo los impuestos. Así, la mercancía vendida nunca llegaba a existir legalmente, por lo que todo el dinero de las ventas en sus tiendas era negro y no generaba, tampoco, pago de impuestos a la Hacienda española.

Para blanquearlo, el dinero lo llevaban a China utilizando correos humanos y, una vez en su país, ese dinero servía para comprar más mercancía que, de nuevo, introducían con trampas y ponían a la venta generando más dinero negro. La actividad de esta red, como la de otras similares, generaba tal cantidad de dinero opaco que llegaban a tener dificultades para poder sacar de España las cantidades ingentes de billetes. Además, dedicaban parte de lo recaudado a inversiones inmobiliarias, lo que les permitía aflorar buena parte de esos beneficios millonarios.