Lo peor que podía ocurrir, ha pasado. El niño de dos años que ingresó en la UCI el pasado jueves debido, presuntamente, a las palizas recibidas por parte de su padrastro murió anoche en el Hospital General de Alicante, donde permanecía ingresado desde que el pasado jueves fuera trasladado desde el Hospital del Vinalopó de Elx. Las graves heridas sufridas por los golpes, especialmente un puñetazo en una zona sensible, hizo que los facultativos tuvieran que inducirle a un coma. Su estado de salud empeoró durante la jornada de ayer, y pese al esfuerzo del equipo médico, no se ha podido hacer nada por salvar su vida.

Fue su madre y su pareja, los presuntos autores de estos malos tratos, quienes llevaron al pequeño al hospital ilicitano, donde fue estabilizado antes de su traslado al Hospital General, donde se encuentra la UCI pediátrica que es referencia para toda la provincia. Ambos fueron detenidos el mismo jueves a mediodía, y el juez decretó para ambos prisión sin fianza tras pasar a disposición judicial el pasado jueves. El como supuesto autor material de la agresión, ella por no haber hecho nada para evitarlo.

El cuerpo del pequeño se encuentra ahora en el instituto anatómico forense de Alicante, donde se le está practicando la autopsia para determinar la causa de la muerte dentro del protocolo judicial para estos casos.

El juzgado de guardia de Elx, a petición de la Fiscalía, envió a prisión a la pareja hace tres días y los acusó de un delito de asesinato en grado de tentativa, una acusación que, a raíz de lo acontecido en las últimas horas, se modificará.

El padrasto del pequeño admitió ante el juez que "se me fue la mano". Así trató de justificarse en su declaración ante el juez. Los informes médicos remitidos por el Hospital General de Alicante, así como los testimonios de algunos vecinos de la pareja, que relataron que era frecuente escuchar llorar al niño, apuntan a que se trata de un delito continuado de maltrato.

La gravedad del delito que se les imputa es lo que llevó al juez a decretar la prisión sin fianza para la pareja. Los facultativos también han encontrado marcas en el cuerpo de lesiones anteriores. Tanto la madre como su padrastro se negaron a dar más información al juez acerca de este maltrato. Ambos ofrecieron versiones contradictorias, lejos de aclarar lo sucedido, por lo que la fase de instrucción continúa para esclarecer la participación de ambos. El juzgado también tomó declaración al padre del niño, que reside en Madrid y no estaba al corriente de lo sufrido por su hijo.

El padrastro del pequeño, de 25 años, carecía de antecedentes penales, mientras que su madre tenía antecedentes por delitos menores, poco relevantes para el caso. Ahora, solo queda esperar a que ambos den algún detalle más de lo sucedido.