El marido de la dueña de un quiosco de Benifaió puso en fuga a un ladrón propinándole un golpe en la cabeza con una garrafa de agua de 5 litros llena mientras el presunto delincuente tenía inmovilizada a su mujer bajo la amenaza de un cuchillo colocado contra el cuello. El presunto atracador, un preso de Picassent que cumplía condena por atraco en régimen abierto, fue detenido días más tarde por agentes de la Guardia Civil de Almussafes gracias a la colaboración de un testigo que lo vio cuando huía de Benifaió a bordo de su vehículo.

La junta de tratamiento del centro penitenciario de Picassent y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria revisarán ahora la situación del detenido, que estaba a punto de concluir su condena anterior. De momento, el Juzgado de Instrucción 4 de Carlet ya ha decretó ayer su ingreso en prisión sin posibilidad de eludir la cárcel pagando una fianza.

Los hechos sucedieron el pasado día 12, cuando el ahora arrestado entró en el quiosco, en la calle Mayor de Benifaió, y tras extraerse un cuchillo de 15 centímetros de hoja de entre su ropa, amenazó a la dueña del quiosco, de 45 años, y la agarró con la intención de amordazarla. Pero la mujer fue más rápida y se escabulló. Aún así, el ahora detenido, F. V. Ll. B., volvió a inmovilizarla y le colocó la punta del cuchillo en la garganta para amedrentarla.

Al escuchar los ruidos del forcejeo entre ambos, el marido de ella, de 47 años, salió de la trastienda y se topó con la escena. No se lo pensó dos veces: cogió el primer objeto pesado que encontró a mano, la garrafa de agua de 5 litros llena, y se la estampó en la cabeza. Fue suficiente. El sospechoso soltó a su víctima y huyó a la carrera sin llevarse ni dinero ni objeto alguno del quiosco.

La pareja llamó al 112, que envió una patrulla de la Guardia Civil al lugar. Tras confirmar lo sucedido, el caso recayó sobre el área de investigación de Almussafes. Uno de los pilares de la investigación ha sido, precisamente, la contribución de un vecino que captó al fugitivo en la huida. Los datos recabados han acabado siendo primordiales para resolver en un tiempo récord el caso.

Al parecer, F. V. Ll. B. había salido del centro penitenciario el mismo día del robo, ya que su régimen de cumplimiento -estaba en el Centro de Inserción Social (CIS), la fase final de la condena- le permitía disfrutar en la calle de todos los festivos y fines de semana completos, situación que ya ha sido revertida por el juez de Carlet.

F. V. Ll. B., natural de Xirivella y de 45 años de edad, es un viejo conocido de la Policía Nacional, en cuya demarcación ha desarrollado la mayor parte de su "carrera" delictiva. El ahora detenido fue arrestado la primera vez en 1995, con 23 años, y la mayor parte de los delitos cometidos han sido atracos violentos como el protagonizado en Benifaió. Su larga lista de antecedentes se ha sustanciado en varias condenas, por lo que en las últimas dos décadas no ha llegado a desvincularse nunca por completo de la prisión, al ir encadenando condenas e internamientos preventivos con escasos periodos de libertad.