Los cuatro miembros de la familia que fueron asesinados en Pioz (Guadalajara) en agosto de 2016 a manos de su sobrino, Patrick Nogueira, que ha confesado los crímenes, murieron desangrados por heridas sufridas en el cuello, que se realizaron con un arma blanca con una hoja muy afilada.

El padre de familia sufrió 17 heridas, 14 de ellas en la zona cervical, y otras tres en las manos, consideradas defensivas, mientras la madres recibió dos, ninguna de ellas para defenderse.

Estas son las conclusiones de las autopsias que este lunes han sido presentadas por los forenses en la cuarta sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Guadalajara contra Patrick Nogueria, acusado de asesinar a sus tíos, Marcos y Janaina de 39 años, y a sus dos primos de 1 y 4 años, y descuartizar a los dos adultos en agosto de 2016, si bien los cadáveres no fueron hallados hasta un mes después.

Los forenses han determinado que Marcos, el tío de Patrick, falleció desangrado y que, aunque tenía catorce heridas de arma blanca en la zona cervical, la más importante fue una que sufrió en el cuello.

Además, Marcos también tenía tres heridas en el dorso de la mano izquierda, una lesión que, según el forense, se causó por una defensa "instintiva, muy rápida, de poner la mano, pero no da tiempo a más", aunque no presentaba heridas defensivas de puñetazos o golpes.

La mujer, Janaina, también murió desangrada por una herida en el cuello, según los forenses, que han determinado que ella recibió dos heridas, sin heridas defensivas, y a preguntas de los abogados, han precisado que la mujer no tenía heridas en la boca y que tenía ortodoncia.

En cuanto a los niños, los forenses han indicado que murieron prácticamente igual, desangrados por una herida importante en el cuello, aunque estas lesiones no consistieron solo en entrar el cuchillo, sino que dentro el arma hizo un "zig-zag", que causó más lesiones a los niños.

En este punto, el jurado ha preguntado a los forenses si los niños hubo tiempo de sufrimiento, si bien los expertos han considerado que es difícil determinar este extremo.

Sí han dicho que las cuatro muertes fueron prácticamente instantáneas, ya que las heridas se produjeron en zonas vitales y que al seccionar las principales arterias que dan riego al cerebro, se pierde la consciencia de forma inmediata.

"Ha tenido la seguridad de matar", han concluido.

Uno de los forenses ha relatado que él personalmente acudió a los levantamientos de los cadáveres con la comisión judicial y ha detallado que los cuerpos estaban en una habitación que había a la derecha, según se entraba al chalé y que allí hallaron un carrito de un bebé y, a la izquierda de éste, seis bolsas de basura "perfectamente anudadas".

El forense ha explicado que la apertura de las bolsas se hizo con asesoramiento judicial y que en el mismo chalé confirmaron que en las bolsas había restos humanos.

En cuanto a las pruebas complementarias, los facultativos del Servicio de Histopatología han indicado que se descarta que la causa de la muerte fuera el estrangulamiento y que, al hallar los cadáveres, se encontraban en "severo estado de putrefacción".

Antes de la declaración de los forenses, también han intervenido dos facultativos del servicio de criminalística, que han determinado que el arma homicida fue un arma "de tipo monocortante, muy afilada, con un ancho de hoja superior a 30 milímetros".

La cuarta sesión del juicio contra Nogueira ha comenzado con las declaraciones de seis agentes de la Guardia Civil, que han indicado que, en el registro de la vivienda, encontraron muestras de sangre en el lavavajillas de la casa, en un embalse de champú y en la luz del aseo.