Unos tiros accidentales por fuego amigo, bien efectuados por uno de los policías que trataban de disuadir a la multitud o por uno de los hijos de la propia víctima, apodado "El Bobo", parecen estar detrás del tiroteo de Torrent que se saldó con dos heridos de bala, uno de ellos de gravedad, en febrero de 2016. Los tres acusados, a quienes no se les halló resto alguno de pólvora tras supuestamente limpiarse los residuos de los disparos con su propia orina, según la acusación, han sido absueltos finalmente de todos los cargos. El origen de la posterior reyerta fue una discusión tan banal como unas flatulencias entre unos jóvenes de dos clanes rivales.

Un policía o un joven apodado 'el Bobo' que dispara a su padre por accidente, una discusión que se inicia por un pedo, los acusados de intento de asesinato que se limpian los restos de pólvora con orina, ... Aunque todo en este caso pueda parecer un chiste con poca gracia, es un hecho que un hombre y su hijo resultaron heridos de bala y el padre estuvo a punto de morir tras recibir tres impactos, uno de ellos en el riñón, por los que estuvo hospitalizado casi un mes.

Los tres acusados como presuntos autores del tiroteo, miembros de un clan de Torrent enemistado con el de las víctimas, se enfrentaban a penas superiores a los nueve años de cárcel por dos delitos de tentativa de asesinato y tenencia ilícita de armas. No obstante, la sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València los absuelve al no quedar acreditado que portaran armas de fuego en la reyerta e hicieran uso de ellas.

De hecho, la defensa de los acusados, ejercida por el letrado Andrés Zapata, siempre ha mantenido que sus clientes no efectuaron disparo alguno e introdujo durante la vista oral elementos que apuntaban que los heridos fueron alcanzados por tiros accidentales que no iban dirigidos hacia ellos. Así, lo ha considerado finalmente la sentencia, que deja la puerta abierta a la versión esgrimida por el abogado defensor. "Los hechos son compatibles con la versión de que "el Bobo" (hijo de la víctima) efectuara varios disparos esa noche, hiriendo a sus familiares".

En el relato de hechos probados se relata la reyerta que tuvo lugar a las 23.30 horas del 21 de febrero de 2016 en el barrio del Xenillet de Torrent entre el clan de "los Mone" y "los Canuto". Durante la refriega se efectuaron varios tiros con una o varias armas cortas del calibre 22 mm. Sin embargo, "no ha quedado probado el autor de los citados disparos".

Las versiones son contradictorias. Por un lado, según los testimonios de las dos víctimas, principal prueba contra los acusados, el enfrentamiento entre ambos clanes se debía a que los agresores estaban vendiendo drogas a un joven discapacitado de su familia. Por el otro, los acusados aseguran que bajaron a la calle porque habían agredido a su sobrino por el ya mencionado incidente de las flatulencias.

El fallo argumenta que debido a la enemistad manifiesta entre víctimas y acusados y a que "no existen elementos de prueba periféricos de consistencia que corroboren la versión de lo ocurrió", no puede considerarse el testimonio de los agredidos prueba de cargo suficiente para condenar a los acusados. Es más, uno de los heridos manifestó tras lo ocurrido que había sido un policía quien le había disparado. En el juicio aclaró que dijo eso porque estaba nervioso y quería tomarse la Justicia por su cuenta.

Ha resultado clave también en la absolución de los acusados el hecho de que en las pruebas periciales se estableciera que los disparos fueran efectuados de forma lateral, y no de frente como argumentaron las víctimas. Ello apoya la teoría de la defensa de que fueron alcanzados por tiros de fuego amigo, bien de la policía, intentando disuadir a la multitud que pretendía linchar a los supuestos agresores, o por uno de los hijos del herido, apodado "el Bobo".

Dicha resolución judicial ha sido acogida por los familiares de los agredidos con gran indignación. Estos ya protagonizaron incidentes violentos durante el juicio, llegando incluso a tratar de entrar por la fuerza al juzgado de guardia de València, como informó en exclusiva Levante-EMV, para linchar a los testigos que había traído la defensa de los acusados, ahora absueltos.