Una discusión en una discoteca de Massanassa terminó ayer de madrugada con una reyerta a tiros en la zona de las «casitas rosas», en el distrito valenciano del Marítim, con dos heridos de bala. La policía trata de localizar a cuatro hermanos como presuntos autores de los disparos, mientras que los dos heridos, un joven y su suegra, permanecen hospitalizados fuera de peligro.

Poco después de los disparos se produjeron dos incendios intencionados en la zona del Cabanyal. La Policía Nacional investiga si tras los mismos se encuentran familiares de los heridos, quienes habrían actuado en señal de venganza. En uno de los inmuebles, situado en la calle Arcipreste Vicente Gallart, los agentes encontraron acelerante en la puerta calcinada.

El origen del tiroteo parece estar detrás de un juicio por tráfico de drogas al que tienen que acudir los sospechosos esta próxima semana. Agentes de la policía científica hallaron en la barriada donde se produjeron los tiros tan solo dos casquillos, por lo que se descarta que hubiera más disparos.

Según las fuentes consultadas, los cuatro sospechosos sorprendieron a sus víctimas tras buscarlas después de mantener una disputa en la citada discoteca. Un joven de 26 años recibió un disparo limpio en el costado y su suegra, de 46 años, fue alcanzada en la pierna a la altura de la rodilla. Ambos se encuentran ingresados con pronóstico reservado en el Hospital Clínico de València.

Los hechos ocurrieron en torno a las cuatro de la madrugada en la conocida zona de las «casitas rosas» de València. Los implicados en el tiroteo, que se encuentran identificados, ya habían protagonizado otra pelea poco antes en una discoteca de Massanassa.

Tras herir a una mujer y a su yerno los presuntos autores huyeron en un vehículo, modelo Ford Focus, de color blanco. Uno de los presuntos agresores tiene 36 años y se sospecha que sus acompañantes eran sus hermanos. Éstos tienen un juicio pendiente por tráfico de drogas para esta misma semana.

Los dos heridos de bala fueron trasladados al Hospital Clínico de València, donde permanecen ingresados. Ambos se encuentran fuera de peligro, según las fuentes consultadas por este periódico. Ante el temor a posibles represalias por parte de los familiares de las víctimas, la Policía Nacional, la Guardia Civil y varias policías locales de municipios de la provincia, donde podrían tener allegados los sospechosos, fueron alertadas para evitar nuevos enfrentamientos.