Una pena irrisoria de cuatro años de cárcel por un delito de homicidio imprudente y 60 días de trabajo en beneficio de la comunidad. Ese será el castigo para el hombre acusado de matar a su pareja arrojándola por las escaleras en una finca de la avenida Tres Cruces en febrero de 2017, después de que todas las partes llegaran a un acuerdo de conformidad.

Inicialmente el Ministerio Fiscal solicitaba una pena de catorce años de prisión por un delito de homicidio con la circunstancia agravante de haber cometido el crimen por motivos de odio por razones de género, como ya informó en exclusiva Levante-EMVLevante-EMV. No obstante, la defensa del acusado y la fiscal han llegado a un acuerdo por el que el homicida ve considerablemente reducida su condena, decisión a la que se han adherido la acusación particular y la acusación popular ejercida por la Generalitat.

Tras este acuerdo el tribunal de jurado que debía dirimir sobre su culpabilidad, ni siquiera se ha llegado a formar al ser una pena inferior a los seis años. Concretamente se le imponen cuatro años de prisión por la muerte de Gloria Amparo Vásquez, de 48 años, quien fue empujada por el ahora condenado por el hueco de las escaleras.

La Fiscalía esgrime como argumentación tras el acuerdo alcanzado que había poca carga probatoria y corrían el riesgo de que el jurado declarara inocente al acusado. Asimismo, la fiscal sostiene que se ha respetado la voluntad de las hijas de la fallecida.

El acusado ya está cumpliendo una condena por tráfico de drogas, circunstancia que no puede contemplarse a efectos de reincidencia, pero que sí recogido las acusaciones. En concepto de responsabilidad civil el condenado deberá indemnizar a las dos hijas de la fallecida con 52.000 euros a cada una de ellas.

El crimen machista se produjo a las 17.00 horas del 21 de febrero de 2017 cuando José Luis G. G., de 55 años empujó a su pareja "con la fuerza suficiente para hacerla caer por el hueco de la escalera" durante una discusión. La víctima falleció por una hemorragia aguda causada por politraumatismo.

El homicida confeso, en prisión provisional desde el día de su detención, siempre había negado el crimen alegando incluso que fue ella misma quien se cayó «voluntariamente» por el hueco de la escalera tras la discusión. Además inicialmente mintió negando incluso que conociera a la víctima, hasta que la policía demostró que ambos habían mantenido una relación sentimental durante tres meses.

El procesado tenía antecedentes por agresiones y amenazas a otras dos mujeres, aunque no constaba ningún episodio de violencia ni denuncia alguna respecto de su supuesta víctima mortal. Por el delito de malos tratos se le impone una pena de 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Los forenses del Instituto de Medicina Legal de València hallaron en el cadáver lesiones en los antebrazos compatibles con un agarrón, lo que unido a las contradicciones del acusado y a los rastros de sangre hallados en la barandilla lo incriminaban directamente. Parece ser que las acusaciones han valorado que dichas pruebas no eran suficientes para pelear en un juicio con jurado la tesis del homicidio machista que sí que apreciaron durante la fase de instrucción.