La versión de unos supuestos secuestradores armados que asaltaron a la pareja cuando regresaban de pasar un fin de semana en la playa junto a su bebé no ha convencido al tribunal mexicano que juzgaba al marido de la valenciana Pilar Garrido, asesinada en julio de 2017 en el estado de Tamaulipas. Así, a tenor de las pruebas aportadas por la Procuraduría General de Justicia y de los testimonios recogidos durante las sesiones del juicio, en el fallo declararon ayer culpable de un delito de feminicidio -lo que equivaldría a un asesinato con el agravante de violencia machista en nuestro Código Penal- a Jorge Fernández, en prisión provisional desde agosto de 2017.

La pena, que podría ascender hasta los 50 años de cárcel, se conocerá en una nueva audiencia el próximo lunes. Por su parte, los letrados del acusado ya anticiparon que recurrirán el veredicto. «Fue un fallo muy desafortunado, con sentencia condenatoria en el que no compartimos los criterios», explicó el abogado defensor Jesús Eduardo Govea.

El marido de la valenciana se ha declarado siempre inocente y la defensa alegaba que no había pruebas contundentes en su contra. Incluso la madre y la hermana de la víctima testificaron el pasado martes en favor del marido y pidieron a las autoridades pruebas más claras para demostrar su culpabilidad.

No obstante, el posicionamiento de los teléfonos móviles de la víctima y el acusado, el tiempo empleado para desplazarse de un lugar a otro y las contradicciones del procesado en sus distintas declaraciones han resultado claves para declararlo finalmente culpable.

Los hechos ocurrieron el 2 de julio de 2017 cuando Pilar Garrido, una valenciana de 34 años residente en México, desapareció sin dejar rastro cuando regresaba a casa junto a Jorge y el bebé de ambos, de un año.

Un asalto con contradicciones

Según ha sostenido en todo momento su marido y presunto asesino, fueron asaltados por tres jóvenes armados en la carretera cuando volvían a su casa de Ciudad Victoria, en el estado de Tamaulipas, tras pasar unos días en la playa.

Tras un amplio despliegue y saltar la noticia de la desaparición a España, el 26 de julio de 2017 fueron encontrados unos restos óseos en la carretera entre Victoria y Soto de la Marina, en un camino rodeado de vegetación. El informe de autopsia determinó que se trataba de un cuerpo humano incompleto, de sexo femenino y fijaba la data aproximada de la muerte entre 20 y 30 días antes del hallazgo.

El 9 de agosto se confirmó que los restos óseos hallados eran de Pilar Garrido. Asimismo, en el informe pericial en antropología forense, clave en el veredicto del jurado, se apreciaron traumatismos perimortem (ocasionados durante la muerte), como fractura de huesos nasales y golpe en el cráneo.

Además, la fractura del hueso hioides permitió establecer como posible causa de la muerte «la asfixia mecánica en su variedad de estrangulamiento».